Tras la un tanto estrambótica, pero no imposible posibilidad de que Volkswagen estuviera desarrollando una versión de cuatro puertas y cuatro plazas del inclasificable XL1, hoy, la misma publicación que realizaba estas declaraciones revela que la firma alemana empleará la tecnología y los conocimientos adquiridos de este modelo en la próxima generación del Golf.
El Golf de octava generación, que esperamos para dentro de unos años aún, se enfrenta a un pliego de condiciones aún más ajustado que el actual, ya que deberá cumplir con los requisitos medioambientales que tienen los fabricantes para 2020.
Lejos de recurrir al empleo de fibra de carbono o aluminio para su construcción, ya que elevaría drásticamente los costes de producción en un modelo que carece de suficiente margen comercial como para absorber esos caros materiales, empleará parte de las lecciones aprendidas con el XL1, como el tratamiento de la aerodinámica, radicalmente estudiada en el caso del biplaza de un litro cada 100 kilómetros.
Según la publicación inglesa Autocar, fuentes internas de la marca declaran que varias soluciones aerodinámicas están siendo investigadas, sobre todo para solucionar un escollo fundamental, la escasa longitud del Golf en comparación con su tamaño.
Soluciones ingeniosas
Modelos como el Toyota Prius, el Chevrolet Volt o el propio XL1 ejemplifican esta situación, cuyas carrocerías reciben un tratamiento específico para incrementar el rendimiento aerodinámico. En el caso de los dos primeros la zona final del techo recibe una caída abrupta para favorecer el tránsito del aire sobre la carrocería, adoptando además una zaga tipo Kammback.
En el caso del propio XL1 es más radical, ya que el diseño del cuerpo del modelo se realizó sin concesión alguna al estilo o la modularidad interior, de hecho, la solución de los asientos desalineados se debe a la necesidad de no incrementar el área frontal del vehículo.
Para imitar el efecto de la zona trasera de los Prius y Volt y ampliar la superficie del techo está en estudio un alerón trasero de mayor tamaño, cuyos brazos se situarían en los laterales de la luneta trasera.
Junto a esta solución se barajan otras como volantes de inercia, turbocompresores eléctricos sistemas Stop&Start más avanzados que desconecten el motor en bajadas o que los motores dispongan de sistemas de relación de compresión variables.
Todas estas soluciones estarían siendo contempladas para el Golf y los futuros modelos del Grupo, muchas de ellas ya en primeras fases de introducción.
Fuente: Autocar
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