La llegada del primer cambio estructural importante que existe en Europa que fomenta la circulación de los coches que cuentan con una gran reducción de las emisiones de Co2, no es de extrañar que hayan apostado por estudiar detalladamente todos los aspectos que esconden la Euro 7. En ese sentido, muchos países están pendientes a la normativa que entrará en vigor en julio de 2025, y en especial, marcas como Volkswagen, que se han aventurado para hacer una previsión a gran escala de lo que supondrá esta medida para los bolsillos de los usuarios, que podrían ver un aumento significativo de su economía.
La polémica normativa, que se aprobó antes de la Guerra de Ucrania, ha hecho que su viabilidad sea cuestionada. Este es el caso de Massimo Nordio, director de la delegación italiana, que ha reconocido que hay un problema estructural en la medida y para solucionarlo ha pedido la prorrogación de la normativa durante un año, advirtiendo que de no hacerlo la población sufrirá las consecuencias. "el problema no es la adaptación a la norma Euro 7, sino el calendario. Creemos que no es realista llegar a una oferta de productos conformes el 1 de julio de 2025. La entrada en vigor debería posponerse al menos hasta finales de 2026", ha apuntado.Esta petición sorprende y cuenta con un gran valor teniendo en cuenta que Volkswagen es una de las empresas que han apostado en mayor medida por la electrificación de sus coches. Para ello, han reconocido que es importante reescribir la normativa y garantizar la mejor posibilidad para conseguir la esperada neutralidad de emisiones.
Una carrera a contrarreloj
Las marcas son conscientes de que para lograr las cuotas de mercado que deberían tendrían que ejercer un cambio estructural notorio. Para ello, van a invertir en tecnologías que no se han desarrollado hasta el momento y eso se verá reflejado en el bolsillo de los usuarios. En ese sentido: "tendremos que reducir la oferta, con el riesgo de recortes de producción. Por tanto, habrá un problema medioambiental y social". Así indica Nordio, que ha afirmado que "las actualizaciones para cumplir la norma Euro 7 supondrán un aumento del coste industrial y, por tanto, del coste de compra de varios miles de euros".
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