El Ministerio de Transporte británico ha efectuado unas declaraciones muy preocupantes para el Grupo Volkswagen, que en boca del propio Secretario de Estado de Transportes, Patrick McLoughlin, los directivos del Grupo alemán podrían incluso a enfrentarse a penas de 10 años de cárcel y enormes multas, las cuales no tienen límite contemplado según la legislación británica.
El escándalo de la falsificación de datos de emisiones de gases puede ampliarse aún más en el caso de que efectivamente las autoridades británicas acusen formalmente al Grupo Volkswagen por el escándalo.
La compañía podría ser acusada de haber infringido varios reglamentos, desde haber proporcionado falsa información hasta la práctica de comercio desleal, además de suponer un fraude el haber obtenido beneficios mediante falsas representaciones. Estos distintos delitos podrían acarrear desde la mencionada pena de prisión hasta multas sin límite fijado.
Reparación
No obstante, según afirman los distintos representantes de las autoridades británicas, la intención primera es tener garantías que los vehículos afectados de los consumidores británicos sean reparados, sin afectar el rendimiento y antes de finales de 2016.
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