Volkswagen ya fabricó el último de los Phaeton en su factoría de cristal

El pasado viernes 18 de marzo salía de la fábrica de cristal de Volkswagen en Dresde el último de los Volkswagen Phaeton. Concluyendo así uno de los proyectos más ambiciosos de la historia de la marca alemana, y dejando a priori sin trabajo a la mega factoría creada ex profeso para la manufactura de la berlina de lujo.

A partir de ahora las instalaciones continuarán con su actividad habitual tanto de entrega de vehículos, uno de los servicios añadidos de la compra de una de las unidades del Phaeton, como de acoger eventos de todo tipo, como conciertos. Además, las modernas instalaciones serán empleadas para proyectos de electromovilidad y digitalización, aunque según el presidente del comité de empresa, Thomas Aehlig, "la producción de los vehículos de la más alta calidad a la vista de clientes y visitantes se debe reanudar aquí en un futuro cercano?. Aunque no hay fecha prevista para tal suceso.

En teoría la planta de Dresde debería albergar la fabricación del sucesor espiritual del Phaeton, una nueva berlina eléctrica de lujo que entrará en liza con el Model S de Tesla Motors y la nueva hornada de modelos similares que planean no pocas marcas para un futuro próximo. Este sin embargo, no llegaría hasta finales de esta década, por lo que le aguardan unos años a las instalaciones de Dresde de acoger eventos y exposiciones, así como iniciativas de la propia marca.

Durante este tiempo, la plantilla se reducirá considerablemente, pasando de unos 500 trabajadores a solo la quinta parte, aunque afortunadamente eso no va a significar despidos, ya que los 400 empleados restantes van a ser reasignados a otras plantas o complejos productivos, como el de Zwickau. Quedando por tanto tan solo 100 personas aproximadamente para atender las distintas tareas encomendadas a Dresde.

Dieselgate

Por el momento esta es la medida más drástica y visible de las tomadas por el grupo alemán desde que hace seis meses estallara la polémica de las emisiones de los modelos diésel en los Estados Unidos. Polémica que destapaba que eran varias las unidades propulsoras las que habían sido objeto de manipulación para poder pasar los test de emisiones.