Durante la mañana de hoy, las autoridades alemanas han procedido al registro de las dependencias de los cuarteles generales de Volkswagen AG, así como de algunos domicilios de los responsables de la marca, cuyas identidades no han sido facilitadas por las autoridades del país.
En los registros efectuados han sido incautados numerosos documentos y dispositivos de almacenamiento de datos, como pruebas para la investigación de la fiscalía del Estado de Baja Sajonia.
Según informa Automotive News, un portavoz de dicha fiscalía ha declarado que la firma alemana "estaba apoyando la investigación y había entregado una gama "integral" de los documentos".
Declaración frente al Congreso
Esto tenía lugar pocas horas antes de la comparecencia de Michel Horn, máximo responsable de Volkswagen en los Estados Unidos, ante el Congreso de los Estados Unidos, donde detalló y afirmó que había sido consciente de que la compañía podía estar violando las leyes estadounidenses sobre emisiones hasta 18 meses antes de que la firma alemana admitiera la existencia del ya célebre software que falseaba los datos de emisiones al detectar que el vehículo estaba en un test de emisiones.
Polémica dieselgate
Estos son los últimos acontecimientos desde que el pasado 18 de septiembre la EPA y el CARB hicieran públicas sus investigaciones, y los ya conocidos resultados, sobre las discrepancias de los datos de emisiones de determinados modelos equipados con los motores TDI en los Estados Unidos.
La investigación, iniciada de manera privada, concluyó que la discrepancia entre los datos obtenidos en las pruebas homologadas y las pruebas que involucraban al vehículo en movimiento eran demasiado elevadas, lo que derivó en una investigación oficial por parte de las agencias medioambientales de ese país.
Hasta que el 3 de septiembre, y ante la amenaza de impedir la homologación y venta de vehículos en los Estados Unidos, Volkswagen admitió haber instalado el dispositivo que lograba que las cifras de emisiones se vieran reducidas de 10 a 40 veces durante los preceptivos y obligatorios tests.
Las consecuencias directas de esta polémica ha sido el desplome de la cotización en bolsa de los valores de Volkswagen, y más que probablemente una millonaria factura para la compañía compuesta por multas, costes de la previsible llamada a revisión a millones de unidades afectadas además de la previsible bajada de ventas de la compañía alemana y de la finalización de muchos de sus proyectos no natos.
Fuente: Automotive News
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