Salvando las evidentes distancias de diseño y posicionamiento que disponen por sus carrocerías, uno de ellos un compacto deportivo y el otro un coupé puro, que por tamaño podríamos considerar deportivo compacto. Ambos comparten la misma plataforma y la misma mecánica, el cuatro cilindros sobrealimentado de inyección directa y 230 CV. De hecho, la diferencia de peso entre ambos curiosamente es mínima, tan solo 8 kilos.
Basados en la plataforma compartida MQB del Grupo Volkswagen, cada modelo la ajusta a sus particulares necesidades. Por un lado tenemos un modelo familiar de cinco plazas con un generoso maletero y altura, y por el otro un coupé de 2+2 plazas y menor altura. Y mientras el Golf se conforma con la tracción delantera, el TT dispone del sistema de tracción total quattro.
La diferencia de precio entre ambos, salvando opciones no es muy elevada, 7.250 euros a favor del Golf en versión GTI Performance, que eleva de 220 a 230 los caballos. Ambos cuentan con transmisión manual de seis velocidades y su consumo es casi calcado, tan solo se separan 0.1 litros a los 100 kilómetros en el consumo medio homologado.
En las prestaciones es donde encontramos las principales diferencias, ya que la tracción quattro del coupé de Audi inclina la balanza a su favor, logrando parar el cronometro en 5.3 segundos para hacer el 0 a 100 km/h, mientras que el Golf GTI necesita 6,4 segundos.
Cliente
Pero la verdadera diferencia de estos modelos no radica en su tecnología, sino en el tipo de cliente y sus propias necesidades, ya que la necesidad de espacio será la principal motivación para que un cliente se decante por uno o por otro. Puesto que carecen de diferencias lo suficientemente significativas que no sean el propio espacio y volumen habitable.
Aunque a pesar de las enormes similitudes de ambos modelos, serán pocas las veces las que un usuario pueda llegar a dudar entre dos modelos con formas y tipologías tan dispares.
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