El Volkswagen XL1 pasará a la historia del motor no como un ejercicio de ingeniería audaz, o una imaginativa alternativa de los motores de combustión, sino por haber sido el fruto del ego y la imaginación de un solo hombre, una persona que en esos momentos tenía en sus manos todo el poder de un imperio del tamaño del Grupo Volkswagen.
De la misma manera que por mera lógica no debían haber nacido proyectos como el Volkswagen Phaeton y su factoría de cristal o el último renacimiento de Bugatti, el XL1 era más un cuento de ciencia ficción que una posibilidad tecnológica real. Pero como en muy pocas ocasiones suele suceder, la conjunción de imaginación, deseo de superación y un presupuesto de casi ilimitados fondos lograron volver realidad aquello que en teoría era imposible.A principios del Siglo XXI Ferdinand Piëch, nieto del fundador de Porsche y en aquel momento el máximo dirigente del Grupo VAG decidía que Volkswagen lograría sacar al mercado un modelo que fuera capaz de consumir tan solo 1 litro de combustible a los 100 kilómetros, hercúlea tarea para los ingenieros de la marca, que tuvieron que implementar las más novedosas y excelsas soluciones para poder marcar el objetivo fijado por Piëch.
Fruto de esta idea nacieron modelos como el Lupo TDI 3 Litros, un modelo que si bien estaba basado en el modesto utilitario Lupo, contaba con un despliegue tecnológico nunca visto anteriormente, ni después, ni en el segmento de utilitarios o micros, ni en ningún segmento que estuviera por debajo del de los superdeportivos o modelos de lujo.
Profusión de materiales nobles como el magnesio y un cuidadoso estudio mecánico y aerodinámico lograron que el pequeño Lupo lograra el objetivo de homologar tan solo 2.9 litros a los 100 kms, cifra récord del momento, pero que no hicieron que los esfuerzos de la marca acabaran ahí, ya que el desarrollo de esa tecnología se tuvo que multiplicar para llegar al XL1, tras años de investigación y varios prototipos.
Producción
El Volkswagen XL1 definitivo de producción poco tiene que ver con ese antecesor en forma de utilitario de tres puertas y si el precio del Lupo TDI 3 Litros era considerablemente más alto que el de las versiones equipadas con motores diésel convencionales, la tarifa del espectacular XL1 es simplemente astronómica.
El modelo salió oficialmente al mercado en 2013, como edición limitada exclusivamente a 250 ejemplares, cada uno de ellos con un precio de salida superior a los 100.000 euros, lo que lo convierte por derecho propio en un vehículo de colección desde el mismo momento que fue presentado en los pabellones del Salón de Ginebra, la cita más importante del año en términos de audiencia y relevancia.
Irónicamente, la firma que derrochó ingentes recursos y esfuerzos tan solo por poder comercializar aunque fuera unas pocas unidades de esta maravilla tecnológica esté ahora envuelta en un escándalo a nivel planetario precisamente por temas relacionados con las emisiones y por tanto el consumo de sus vehículos. Problema motivado precisamente por los costos y los plazos de producción, algo en lo que el Grupo VAG, como se puede apreciar claramente con el XL1, de lo que parecía no haber pecado nunca.
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