Las pruebas nacionales y algunas internacionales le han servido de preparación desde el 2005. Uno de sus mayores logros hasta el momento ha sido el quinto puesto en la Copa del Mundo FIM de Bajas en 2013. Su instinto competitivo le ha llevado a apuntar cada vez más alto, pero ya desde pequeño había puesto en su punto de mira el Dakar, el rally raid por excelencia caracterizado por su dureza extrema. Con el apoyo de un gran equipo técnico capitaneado por José María Peña, expiloto de quad y participante del Dakar en dos ediciones (2007 y 2009), Prieto se embarca en una nueva aventura con un diseño especial y muchas ganas.
Una preparación exhaustiva
El piloto español deberá afrontar igual que el resto de inscritos del Dakar, una fase de preparación física y psicológica muy dura. Muay Thai o Jiujitsu brasileño son algunas de sus actividades entre las que se incluyen pruebas de Hipoxia con el Trainning Mask. Duros entrenamientos que tienen como único fin una rápida adaptación al Dakar. Prieto ya sabe lo que es llevar al límite su cuerpo, pues ha corrido en varias ocasiones las maratones de Nueva York, Madrid y Ámsterdam y varios triatlones en Barcelona y en la capital de España.
Y es que como el mismo reconoce en El Confidencial, "la gasolina, como el Rock&Roll, va en la genética". Con carisma e imparable, así es Alberto Prieto el piloto español que dará mucho que hablar en esta nueva edición del Dakar. Freno y embrague en la empuñadora diestra junto a la pestaña del acelerador y el sistema de navegación. Así es como se distribuye el quad del piloto español. Para él, no es más difícil que "tocar el piano". "Con los pies manejo el cambio de marchas y repartidor de frenada", explica en El Confidencial.
Instinto rockero
El piloto del barrio madrileño de Legazpi impresiona. No duda en asegurar que, ahora, es más rápido que cuando pilotaba la moto con dos manos. "Voy más fuerte y controlo más. Tengo más nivel. Será cuestión de kilómetros y experiencia. La verdad es que nunca había corrido en quad con dos brazos", declara. Sea como sea, Prieto no cesará en su empeño por llegar a la vivac todos los días sea o no el último. Su fuerza y dureza es innegable, quizá heredada de la vieja cultura rock que tanto le gusta.
Sin patrocinadores concretos por el momento, no duda de la decoración básica del quad: bandera de España y de la Comunidad de Madrid y la de Loquillo. Y si queda sitio, no podrá renunciar a Motorhead o AC/DC. A diferencia del habitual cambio de look de los deportistas cuando logran un éxito, Prieto ha decidido seguir rindiendo homenaje al rock bautizando a su quad como 'The Kilmister machine', si logra terminar el Dakar. Además, espera que su desafío sirva como base de tecnología y soluciones técnicas y terapéuticas para las personas con discapacidades.
Está claro, que Alberto Prieto no es un piloto al uso. Su pasión y su tesón le han llevado a lograr el sueño que se marcaba desde pequeño. Sin límites y sin darle demasiado peso a las limitaciones, el piloto madrileño afrontará este año un desafío sin precedentes amparado por el apoyo de su familia, su equipo y con el rock por bandera.
Fotos: Fundación Demenosamas YouTube (Equipo A, Alberto Prieto).
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