En la jornada de hoy, con una especial 454 km, el buggy de Carlos Sainz ha dicho basta y tras perder potencia, el propulsor del coche del español se ha roto, dejándole tirado en el kilómetro 179. A pesar de los esfuerzos titánicos de Sainz y de su copiloto alemán Timo Göttschalk, no han encontrado solución a la avería y tras esperar un tiempo prudencia a la asistencia, parece que ambos han tomado la decisión de abandonar la edición 2013 del Dakar.
Final amargo para un calvario
Lo cierto es que la edición 2013 del Dakar no ha sido un camino de rosas para el piloto español. Bien es cierto que Carlos Sainz había avisado que llegaba al Dakar con la intención de luchar todo lo que fuera posible, pero la fiabilidad y algunos otros factores no se lo han permitido, salvo en la primera corta etapa donde consiguió la victoria, llevándose el mérito de ser el primer líder de la categoría de coches.
Sin embargo, en ese primer día se acabaron las buenas noticias ya que en la segunda etapa perdía 21 minutos por problemas en el GPS, minutos que le fueron descontados y posteriormente vueltos a sumar. La mala suerte se cebó también con el español en la tercera etapa con problemas eléctricos que se reprodujeron en las etapas sucesivas, haciéndole perder varias horas tras un problema en el manguito de la gasolina que le dejó tirado a poco más de 15 kilómetros del final de una de las especiales.
A pesar de todos estos contratiempos, Carlos Sainz se había propuesto ayudar en todo lo posible a su compañero de equipo Nasser Al-Attiyah en un papel de mochilero que había empezado a ejercer en el día de hoy cediendo una rueda al catarí en el tramo de enlace tras el pinchazo sufrido por este. Su motor sin embargo tampoco le ha dejado realizar esta última función.
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