"El Caballero Negro" comenzaba la etapa con problemas en el roadbook en los primeros kilómetros. El motor de este dispositivo no funcionaba correctamente y el piloto español se vio obligado a moverlo manualmente, algo que a la postre sería el menor de sus problemas. Poco después y a la altura del primero punto de control, un motorista impactó contra el quad de José Luis Espinosa, sufriendo un fuerte accidente. El cansancio fue el motivo y tras ayudar en la medida de lo posible al otro piloto, José Luis Espinosa aceptó las disculpas y siguió su camino.
Irresponsabilidades y trabajo de equipo
Aunque muchos pilotos se quedaron atascados en las dunas presentes en esta etapa, José Luis Espinosa surcó el desierto de manera brillante y posiblemente fue la zona donde tuvo menos problemas, a pesar de encontrarse en numerosas ocasiones pilotos de motos totalmente atrapados y con sus monturas enterradas. Muchos de ellos daban ya el Dakar por terminado y sólo pedían al español algo de agua ante los síntomas deshidratación y que llegaran a "recogerlos" pronto.
La parte más dura del recorrido fue en un desfiladero en el kilómetro 311, donde los coches intentaban adelantarle a toda cosa, provocando varios accidentes al despeñarse hasta dos vehículos por un precipicio. José Luis Espinosa echó pie a tierra para avisar a los siguientes participantes, pero uno de ellos no le hizo caso y José Luis Espinosa también se desplomó por el precipicio junto al coche. Por suerte, pudo salir con ayuda de este suceso y llegar a meta.
A pesar de todo, todavía le restaba hacer labores de equipo ya que Sebastián Palma estaba tirado en el enlace sin poder continuar con una avería en su quad Can-AM. El "Caballero Negro" remolcó a su compañero de equipo durante el enlace y ambos llegaron al bivouac en una etapa que Espinosa no olvidará jamás.
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