Doce. Ni más, ni menos. Stephane Peterhansel se ha ganado a pulso el calificativo de Monsieur Dakar. Nadie ha logrado más victorias en la carrera más dura del mundo, nadie. Es más, siguiente con más victorias es Vladimir Chagin, en la categoría de camiones, con siete. Es el rey, el señor del desierto. Es estratega, calculador, veloz, fiable, regular... es un dakariano puro, es el dakariano.
Llegaba a la edición 2016 con un reto doble: igualar el número de victorias en motos y en coches y ganar el Dakar con una marca francesa. Dicho y hecho. El pasado año, la inferioridad del Peugeot le dejó sin opciones. Pero el equipo y los pilotos han trabajado duro para hacer del 2008 DKR16 una bestia ganadora. De nuevo, dicho y hecho.La marca del león le ha dado a Peterhansel, y a sus compañeros, un vehículo potencial ganador del Dakar. Reformulado, reconstruido, rediseñado... el 2008 del 2016 era un prototipo totalmente nuevo. Había mucho que mejorar y se ha conseguido. Quizá falte ese puntito de fiabilidad que sí tienen los Mini y los Toyota pero, no obstante, es un novedoso prototipo por lo que deberá ir cogiendo empaque con el paso de los años.
Loeb y Sainz aprietan fuerte
Así se plantaba Stephane Peterhansel en la salida de Buenos Aires. Todos admitían la superioridad de Mini pero empezaron mandando los Peugeot (y acabaron). Rápidos, eficaces, fuertes... las primeras etapas, con pistas duras, fueron dominadas por los 'leones'. Loeb arrancó con fuerza, se llevó las dos primeras etapas disputadas mientras que Peterhansel esperó a la llegada de zonas más dakarianas y menos WRC. En la cuarta etapa llegó la primera victoria del francés.
El bucle de San Salvador de Jujuy le vino bien. Ganó. Primeras arenas, piedras, más fuera pista... Ahí es el rey. En ese terreno es donde se fraguan las primeras diferencias. Iba segundo, pero Peterhansel sabe, conoce dónde y cuándo se juega la victoria en el Dakar. No se puso nervioso ante el dominio de Loeb, 'sabía que caería'. Pasó las complicadas etapas en Bolivia y adelantó a 'Seb' en la general por solo unos segundos. Pero insisto, Peterhansel sabía que quedaba mucho.
Sí se puso nervioso Stephane al ver que Carlos Sainz emergía tras una primera semana llena de problemas mecánicos. El español apretaba ganando la séptima etapa justo antes del día de descanso. La segunda semana estaba estudiada por Peterhansel. Llegaban las etapas de dunas, de arena, de calor, de fesh-fesh... las etapas de supervivencia. Y ahí es donde entra en juego el factor experiencia, el factor estrategia.
Conocer cuándo y dónde se juega la carrera
Tres jornadas duras por delante, de las de Dakar de verdad. Loeb cayó, como era previsible. Le falta experiencia para afrontar ese tipo de etapas, tanto a él como a su navegante. Encallado en la arena, Seb veía como Peterhansel y Sainz luchaban por el Dakar. Aquí sí. Batalla de gallos. Carlos golpeó fuerte y cogió el mando tras el duro y caluroso bucle en Belén. Pero Stephane sabe que seguía quedando mucho. Al día siguiente debía atacar.
Lo tuvo claro desde el principio. Peterhansel salió con el cuchillo entre los dientes. Era el momento de dejar atrás la estrategia y apretar hacia la victoria. Bueno, esto también forma parte de su estrategia. Había llegado el típico día en que el Señor del Desierto manda, tanto en su carrera como en la de los demás. Esquivó los problemas iniciales de navegación y vuelcos y se puso por delante. Nada menos que veinte minutos le metía a Carlos Sainz bien avanzada la especial. Pero la mala suerte, el gafe mecánico, volvió a acompañar al español.
Abandono del madrileño que, no obstante, iba a perder el liderato en meta. Peterhansel se iba a poner por delante, irremediablemente, con una decena de minutos. Suficientes quizá, viendo lo que restaba. A Monsieur Dakar le bastó con apretar a tope en una etapa y dosificar en el resto, con el componente suerte a su favor eso sí. El Dakar estaba ganado. Solo restaba llegar a Rosario.
Tranquilo, sosegado, dejó a los novatos pegarse entre ellos por llevarse las últimas glorias. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, avanzaba hacia Rosario, avanzaba hacia la historia. Doce veces Monsieur. Seis y seis. Más historia que nunca.
Las capacidades de 'Señor del Dakar'
Y es que Peterhansel ha vuelto a mostrar las capacidades que le han llevado doce veces a la victoria. La estrategia y conocimiento del terreno. El Dakar, por mucho que se dispute en Sudamérica, sigue siendo una prueba de resistencia. La arena, por escasa que sea, causa estragos. Sí, hay que ir más rápido que en África, la unidad temporal varía, es cierto. Pero Stephane sabe conservar yendo rápido. Ahí entra en juego el factor fiabilidad. 25 participaciones y un solo abandono. Increíble pero cierto. Una fiabilidad que no han tenido sus dos grandes rivales este año, Loeb y Sainz.
Siguiendo con la estrategia, aguantó al inicio pese a ir muy rápido. Aprovechó la inesperada superioridad de su Peugeot sobre los 4x4 para mantenerse cerca. Sabía que Loeb iba a fallar en las dunas, solo había que esperar. Y sino, un aplauso para el novato de oro. Apretó en la primera parte de la etapa maratón, donde todos conservan. Él lo hizo al revés para dar su primer golpe. El segundo lo dio en Fiambalá. La estrategia ese día era sencilla de explicar: apretar a fondo. Era LA ETAPA, con letras mayúsculas. Ni un fallo en la especial más complicada de todo el Dakar.
El tercer factor del que hablamos es la suerte. Esa suerte de la que no ha gozado Carlos Sainz, con problemas mecánicos en las primeras etapas y una rotura de la carcasa del cambio que le ha dejado, una vez más, en la estacada. Quién sabe si el español podría haber superado al galo en las últimas etapas. En pistas duras es superior y diez minutos tampoco es una gran renta. Hubiera sido un duelo bonito, a muerte, hasta el final. Pero la mecánica nos impidió verlo. Por su parte, Peterhansel no ha tenido ni un solo problemas con la mecánica de su DKR16. Puede ser por saber conservarla bien, sí, pero la suerte influye también.
Así pues, tres factores que, salvo sorpresa o salvo que un piloto fuera de serie esté por delante, suelen llevar a la victoria, a la gloria en el Dakar. El caso es que este fuera de serie del que hablamos se llama Stephane Peterhansel. Doce victorias lo corroborán. Seis y seis. Doce veces Monsieur del Dakar.
Fotos: Peugeot Sport Media.
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