Del WRC al estrellato en el Dakar. Tanto Mikko Hirvonen como Sébastien Loeb han cuajado una notable actuación en su debut en el Dakar. El primero ha mostrado una regularidad y una solidez impropia de un novato. El segundo se ha mostrado rapidísimo, pero falló en las etapas donde la experiencia es un bien vital. A su manera, cada uno, han cumplido las expectativas en su debut en la prueba más dura del mundo del motor. Otros exWRC como Prokop (14º) o Xevi Pons (29º) pasaron con nota su estreno.
La actuación de los dos grandes novatos en el Dakar 2016, Sébastien Loeb y Mikko Hirvonen, podría dividirse en dos partes: la primera para el francés y la segunda para el finlandés. El uno corrió mucho y lo pagó en las etapas de arena; el otro, con un navegante más experimentado, fue más regular y acabó peleando por el podio. Dos estilos de iniciar una aventura, dos futuros favoritos a la victoria, dos fuera de serie de esto del automovilismo.
Loeb sorprende al inicio
Arrancó fuerte Sébastien Loeb. Ayudado por su coche, el mejor coche de la carrera, tal y como se ha demostrado. El Peugeot 2008 DKR16 ha sido una mala bestia. Y más si cabe en las etapas iniciales, con caminos, pistas duras y rápidas. Ganó las dos primeras etapas pugnando de tú a tú con sus compañeros de equipo. Si bien Carlos Sainz pudo ganar alguna de ellas, pero los problemas mecánicos se lo impidieron. En total, Loeb sumó tres victorias en las seis primeras etapas. Acabó la primera semana líder, sin haber bajado de la cuarta posición en etapas. Inicio fulgurante.
Muchos lo dijeron, otros lo imaginaban... otros tan solo nos conformábamos con admirar y disfrutar cada momento que el nueve veces campeón del WRC nos otorgara en el Dakar. Es cierto que lo acabó pagando, su inexperiencia, la de su navegante (achacado por muchos medios)... se quedó encallado en la arena, en el fesh-fesh, en la primera etapa de dunas. Se dejó más de una hora intentando sacar el Peugeot de los bancos de arena de Belén. Adiós a sus opciones de victoria. Sus aspiraciones a top 5 se iban a quedar al día siguiente, en una calurosa jornada. De nuevo, la inexperiencia le pasó factura en la arena fina. Solo le quedaba optar al top 10... y lo consiguió.
Volvieron los caminos y Seb volvió a sonreír. Tercero camino de San Juan y ganador en la última etapa. Al final, balance positivo con cuatro victorias y noveno puesto en la general. "Entran ganas de volver", reconocía Loeb al final de la prueba. La adrenalina le encanta y aunque esta vez no haya ganado, ya piensa en prepararse mejor para las etapas de navegación. "Había etapas de navegación simpáticas, pero en otras, en el desierto, lo pasamos mal. Tendremos que ver cómo prepararnos mejor para el año que viene", afirmaba el piloto galo. Aun así, el balance es muy positivo y seguro que Loeb regresa el Dakar para ganar: "En general hemos sido muy competitivos. Tanto el vehículo, como nosotros".
Regularidad de veterano
Enfrente ha estado un estilo de pilotaje totalmente diferente. Parece que Mikko Hirvonen ha gozado de una gran ayuda a su derecha. Catorce ediciones a sus espaldas, X-Raid relegó a Michel Perin como copiloto de Nani Roma, con quien ganó en 2014, para ayudar a Hirvonen en su primera experiencia. Y parece que la apuesta les salió bien. El finlandés ha mostrado una regularidad y una fiabilidad impropias de un novato. Prueba de ello es que solo salido del top 10 dos veces en todo el raid. Y fue para acabar 12º y 16º. Arrancó a espaldas de los Peugeot, como todo el mundo, pero dando la cara, junto con Al-Attiyah, por el equipo Mini. Se tomó con mucha tranquilidad la primera parte de la etapa maratón. Poco a poco, con pausa. Así se ganan los Dakares.
Tras tomarse con tranquilidad las etapas en altura en Bolivia, cargó en las dunas, en el fesh-fesh, en la arena fina... en ese terreno donde su archienemigo Loeb sucumbía, él se mantenía. Porque no atacaba, sino que mantenía una regularidad. No fallaba y los demás sí. Eso propició el ascenso de Mikko hacia el olimpo del Dakar. Quinto y tercero en las primeras etapas de dunas, sufrió con la navegación en las dunas de Fiambalá, como todos. En plena lucha por el podio, apretó a De Villiers hasta el final. Ganó una etapa y finalizó segundo y tercero en la recta final del Dakar. La que ganó fue la jornada más larga de la carrera, entre San Juan y Termas de Río Hondo. A cinco, a cuatro y hasta quedar a tres de un sudafricano que tiró de experiencia para aguantar a Mikko. Una etapa más y quién sabe lo que podría haber pasado.
Así pues, balance excepcional para Mikko Hirvonen que corrió con la inteligencia de un veterano, con la regularidad de un experto y con la fiabilidad de los grandes dakarianos. Una victoria de etapa y un cuarto puesto, incluso apretando a todo un ganador del Dakar y buscando el podio hasta el final. El futuro es suyo y la victoria del Dakar seguro que también.
Positivo papel de Prokop y Pons
Buena carrera también de otro exWRC, excampeón del mundo junior, como Martin Prokop. Eligió un buen coche, fiable. Un Toyota Hilux gestionado por Overdrive. Cuajó un Dakar con mucha regularidad, sin salir del top 20 en ningún momento. Con algún momento de bajón, también optó por ser precavido en la etapa maratón y en las jornadas bolivianas. Finalmente, su regularidad le dejó un positivo decimocuarto lugar. Quizás no ha brillado como los dos anteriores pero su actuación ha sido muy buena.
Del mismo modo, Xevi Pons completó un buen Dakar, ensombrecido por problemas en etapas puntuales. Jornada negra, y nunca mejor dicho, en el barro, ya en la segunda especial. También tuvo problemas mecánicos en su Ford Ranger en la segunda parte de la jornada maratón y en el descenso hacia Salta. La primera semana se le hizo muy larga. Arrancó muy bien la segunda, con un positivo paso por las dunas, incluso siendo 16º en el bucle de Belén. Finalizó el Dakar en su línea para acabar en gran top 30.
Fotos: Dakar/DPPI y BMW Prensa.
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