Chaleco López lo intentó mientras que otros como Daniel Gouet o Jeremías Israel se han quedado atrás en el intento. ¿Será Pablo Quintanilla el primer chileno campeón del Dakar? Camino lleva de ello. Cuarto en 2015 y tercero en 2016. Pero no solo eso. Sino la madurez, la regularidad y la fiabilidad demostrada en la última edición es la que deja esperanzas a los chilenos. ¡Puede haber un campeón del Dakar en su país!
Pese haber afrontado su cuarta edición, a sus 29 años, recién cumplidos, el chileno ya ha pisado el podio del Dakar. Y lo ha hecho en la única edición sudamericana que, hasta el momento, no ha pisado su país, con la inyección moral que eso supone a todo chileno. Aun así, Quintanilla ha mostrado una regularidad y una fiabilidad que le han encumbrado hasta erl cajón de Rosario. Las Husqvarna se preveín competitivas y veloces, gracias al sello KTM que tienen detrás, pero el éxito, superando a las Honda y a varias KTM oficiales no se visualizaba antes.
Perfecta gestión de la presión
Bien es cierto que la marca sueca empezó bien, con un Rubén Faria muy fuerte. Eso sí, su veteranía no le libró de una grave caída. Fractura de clavícula. En la quinta etapa, Quintanilla se quedaba solo al frente de la estructura oficial, pues Pierre Alexandre Renet sufría una durísima caída en la tercera etapa. Esa quinta etapa marcó un punto de inflexión. Desde el abandono de Faria, el chileno se creció, jugó con la presión y no hizo más que mejorar.
No bajó del sçeptimo puesto de etapa de ahí al final y su progresión en la general fue siempre ascendente. Pasó sin problemas las etapas en altura en Bolivia y su inciación en las dunas fue espléndida. Tercero en la etapa con final en Belén, aperitivo de arena. Su regularidad se potenció los días siguientes. No falló, cosa que sí hicieron los demás. Ya fuera por caídas o por infortunios mecánicos, hombres como Joan Barreda, Paulo Gonçalves o Matthias Walkner dejaron la carrera y eso le benefició, subiendo puestos en la general.
Salió de las etapas de dunas tercero y, pese a la presión de hombres rápidos como Antoine Meo, Kevin Benavides o Ricky Brabec, o del experimentado Helder Rodrigues, Quintanilla acabó al ataque. La presión de la última etapa era brutal. El de Valparaíso tenía apenas cinco minutos sobre Benavides y Rodrigues. Salió a atacar, atacó hacia el tercer puesto. Era una etapa corta, la última, pero estaba todo por decidir. "Normalmente el último día ya es más relajado. Para mí, esta etapa ha sido la más difícil, la más tensa de todo el rally", espetaba lleno de felicidad Quintanilla en la llegada. "Había mucha tensión, nos jugábamos toda la carrera", proseguía. Cualquier fallo te condenaba. Y ahí fue donde apareció el mejor Quintanilla. Bajo la presión de enfrentarse a un piloto rapidísimo como el argentino, en pistas duras, y con un experimentado portugués también delante, el chileno combinó la experiencia acumulada en sus cuatro participaciones y la velocidad que posee. Victoria de etapa. Incontestable. Podio cerrado.
Sorpresa tras sorpresa, año tras año
Tras ser cuarto, por sorpresa, en 2015, luego de haber abandonado en sus dos primeras experiencias (con caídas desafortunadas cuando marchaba mejor que bien en la general), Husqvarna le dio la oportunidad de enrolarse en una estructura oficial. No ha defraudado. A sus 29 años tiene futuro, mucho futuro. De momento ha demostrado cualidades que deberá pulir. En este Dakar, regularidad, constancia, fiabilidad y velocidad cuando la carrera lo ha requerido. Ha jugado con presión y ha liderado a Husqvarna como un veterano. Quintanilla se confirma. "Mi objetivo es el podio", sentenció al inicio de la carrera. Dicho y hecho. Y eso que llegaba tras lesionarse en el Rally de Marruecos, tres meses atrás.
"Estoy muy contento, ha sido un Dakar durísimo", reconocía con una gran sonrisa al final del Dakar. "Si se trabaja de forma profesional, se consigue. Hoy es el resultado de toda esa inversión", reconocía el de Valparaíso, que sucedía a Chaleco López como chileno en el podio del Dakar. El de Curicó fue dos veces tercero, un camino que lleva visos de superar Quintanilla. Habrá que ver como se presenta el futuro. Un futuro halagüeño para Pablo. ¿Por qué no? ¿Por qué no un chileno en lo más alto del podio del Dakar? El sueño está cada vez más cerca.
Fotos: Getty Images, Dakar/DPPI y Husqvana Chile.
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