Entre las docenas de propuestas que cada año inundan la parrilla del Dakar, la que más ha destacado y creado expectación en los últimos años no ha sido otra que el prototipo de Smart Buggy creado por el español J. L. Álvarez para la edición 2013 del célebre raid.
Basado sobre un buggy de la firma Polaris, el XP 900, el piloto y aventurero español, pionero en nuestro país en el rally más duro del planeta, acopló una carrocería integra del famoso utilitario Smart fortwo de primera generación, creando con ello uno de los modelos más peculiares y reconocibles destinado al Dakar.
Toma de contacto
Como sucede siempre en las mejores historias, nuestro encuentro con el Smart Buggy fue casual e inesperado. En un rutinario viaje en coche nos tropezamos con el Smart en el concesionario donde se encuentra ahora mismo expuesto, el concesionario Teo Motos de Toledo, por lo que una vez puestos en contacto con el concesionario, procedimos a organizar una visita para poder examinarlo más de cerca.
Estático y paciente, frente a su escaparate, el Smart no delata su fiera naturaleza, a lo que contribuye su inocente carrocería de pacífico utilitario urbano, pero de un primer vistazo una vez puestos a su lado, esa sensación desaparece por completo.
Su estampa de cerca impresiona. Lo que a simple vista puede parecer un juguete grande, como ha sido definido en muchos artículos a lo largo del planeta, se torna impresión una vez en su presencia. Su técnico y aguerrido aspecto no es perceptible en las multitud de imágenes difundidas del Smart Buggy.
Con una altura considerable con respecto a un Smart de serie, el deportivo todoterreno destaca por sus enormes ruedas y brazos de suspensión, pintados en rojo, visibles desde cualquier ángulo. La ausencia de parabrisas y cristales de cualquier tipo nos transportan a las dunas del famoso raid, haciéndonos preguntar cuán duro será realmente la travesía en un vehículo de estas características.
El motor, situado sobre el elevado eje trasero procede del mismo buggy Polaris que dona el bastidor, es de dos cilindros y entrega alrededor de 100 CV, lo que unido a la ligereza perceptible del conjunto promete unas prestaciones de auténtico infarto.
El cockpit, porque ya es imposible volver a denominarlo habitáculo, al más puro estilo racing dispone tan solo de un asiento tipo bacquet, otra de las peculiaridades del Smart, en lugar de biplaza es un monoplaza. Y no hay rincón donde no asome un cable, manguito o barra, el propio salpicadero está conformado por un panel de creación expresa sobre la que han dispuesto los diferentes diales, como tradicionalmente se hacía en los prototipos de competición.
El vistazo al interior del Smart revelan sorprendentes e inesperadas disposiciones para ciertos elementos, como el radiador, situado en el interior del cockpit, tras la cabeza del piloto para evitar roturas en pedregosos caminos, o el depósito de combustible, de competición y homologado, sobre el motor y al que se accede desde lo que una vez fue la luneta trasera.
Las ruedas, calzadas con anchos neumáticos de especificación off-road, dominan cualquier vista del coche, con unos pasos de rueda de obligado gran tamaño para acoger el recorrido de la suspensión.
Aún con la decoración racing con la que fue creado, el Smart es uno de esos vehículos que solo viéndolos alcanzamos a entender, como el niño que ve un Lamborghini por vez primera y percibe el volumen real del coche, en nada parecido a lo que sugerían las imágenes vistas anteriormente.
De sobra es conocida la mala fortuna que tuvo el aventurero español en la pasada edición del Dakar, quedándose a las puertas de la prueba por problemas económicos de uno de los patrocinadores, lo que llevó a eliminar los planes de poner a prueba el Smart en las pistas sudamericanas.
Por lo que uno no puede dejar de pensar en lo que perdió aquel Dakar dejando en tierra a José Luis Álvarez y su peculiar buggy.
Agradecemos al concesionario Hermanos Viñarás Toledo y Teo Motos la oportunidad de examinar de cerca el curioso todoterreno, así como al propio piloto, J. L. Álvarez, por su tiempo y dedicación.
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