No ha ganado ningún Dakar, eso es cierto. Y no es menos cierto que compite con un equipo privado. Pero, ¿y si el gran favorito a la victoria en el Dakar 2019 es Sébastien Loeb? Y es que el piloto francés 'hereda' un coche totalmente ganador y fiable. Sus dotes de conducción las ha dejado claras durante toda su carrera y sus habilidades para esta carrera también las dejó patentes en el año 2017, cuando peleó de tú a tú con Peterhansel. ¿Es el tapado de esta edición?
De sobra es conocida la ambición de Sébastien Loeb por todo lo que hace, por todas las competiciones en las que participa, su pasión por el automovilismo. Y de sobra es conocida su ambición por ganar el Dakar, por seguir el camino de los Vatanen, Kakkunen y Sainz. Y lo lleva intentando durante tres ediciones, todas con Peugeot y acompañado de su inseparable Daniel Elena. "¡Todavía tengo hambre de victoria!", reconoce el excampeón del WRC.Una evolución hacia la victoria
Su primera participación con la marca francesa, miembro del Grupo PSA, fue en 2016, dejando claro que velocidad tenía... y de sobra. Cuatro etapas se llevó el nueve veces campeón del Mundial de Rallys para acabar en una positiva novena posición en su debut. Al año siguiente llegó su explosión definitiva. El alsaciano peleó de tú a tú con Stephane Peterhansel como si de un veterano más se tratase, dejando claro que tanto él como Elana habían mejorado en la navegación y en la arena, pero una piedra se llevó las ilusiones de la pareja gala frente a sus compatriotas.
Volvieron en 2018 ya como claros favoritos a la victoria. Y lo demostraron desde el principio, aguantando en las primeras etapas peruanas, manteniendo la calma, y atacando en la cuarta etapa. Victoria de etapa y a seis minutos del liderato para, al día siguiente, abriendo pista, marcharse para casa después de un duro accidente. Trataron de evitar a otro vehículo malparado y cayeron en una zanja entre las dunas, provocando problemas físicos en Daniel Elena.
Un segundo traspiés en su búsqueda de la gloria, un traspiés que ha podido ser defintiivo. Y es que el propio Loeb se emplazó al año 2019, sin prisa, para conseguir su triunfo en el Dakar. Pero pudo haberse quedado sin correr. Y es que la retirada de Peugeot de la prueba sudamericana puso en jaque la participación de Loeb y Elena en esta edición. Al final, gracias al apoyo de Red Bull y Bardahl, la pareja francesa estará en la salida de Lima con el equipo PH Sport.
Las ventajas de un coche ganador
Y lo harán con muchas garantías y ventajas respecto a sus rivales. La primera de ellas es contar con un vehículo ganador. Usará el mismo coche que tuvo en la última edición, el mismo modelo con idénticas características que el que usó Carlos Sainz en al conquista de su segundo Dakar. "Teniendo en cuenta los cambios de reglamento, no podía conducir el 3008 de este año. Por lo tanto iremos con la versión 2017 que incorporará algunas evoluciones de motor 2018", explica el francés.
El Peugeot 3008 DKR es un buggy que parte en ventaja sobre arena con respecto a los 4x4. Respecto a los nuevos buggies de X-Raid, tiene la ventaja de la fiabilidad y la seguridad que aporta el haber estado en la pasada edición de la prueba más dura del mundo del motor. Mientras Loeb sabe que tiene un vehículo fiable y ganador, Sainz, Peterhansel y Despres no saben hasta dónde puede llegar su Mini.
Además, al estar en un equipo no oficial como PH Sport, no tendrá competencia pues sus compañeros serán Harry Hunt y Pierre Lachaume quienes no pueden llegar al nivel que ofrecen los grandes candidatos a la victoria. Y a favor tendrá el subidón moral que le aportó la victoria en el Rally de Cataluña y que probablemente le ha animado a aceptar el programa parcial de Hyundai en el WRC.
La desventajas: equipo no oficial, pocos test y un Dakar con mucho desierto
En su contra también tendrá ciertos factores. El primero, el hecho de no contar con una estructura oficial. Las asistencia, los mecánicos, la infraestructura... no podrá ser ni por asomo la misma que la que tenía el todopoderoso equipo Peugeot. Ello también implica unos compañeros de equipo de peor nivel y una asistencia en carrera más lenta. "Tendremos enfrente autos de competición nuevos. No tenemos ni idea cuál será nuestro nivel competitivo en relación con ellos. Probablemente estamos menos preparados que nuestros rivales, pero no me he olvidado de todo lo aprendido estos tres últimos años", reconoce Loeb con respecto a las estructuras y vehículos oficiales.
Otro factor contrario a Loeb es su escaso rodaje este año con el vehículo. Apenas ha podido completar jornadas de test y no ha disputado ni un kilómetro de competición, lo que implica que la pareja francesa no ha podido mejorar sus habilidades de pilotaje o navegación a bordo del Peugeot. Un Peugeot, además, que llegará en inferioridad de evoluciones con respecto a sus rivales de Mini o Toyota que, por estructura y tiempo, habrán podido mejorar más sus prototipos.
Por último, Loeb y Elena también tendrán en su contra el recorrido del Dakar 2019. Al proceder del WRC, las especiales de caminos y pistas les venían como anillo al dedo, hacían grandes diferencias en etapas de ese estilo. Ahora, con un Dakar que se va a disputar prácticamente de manera íntegra en desierto, la pareja de PH Sport cuenta con menos experiencia que otros como Al-Attiyah o Peterhansel en el tipo de desierto que hay en Perú. Un desierto que ya les pasó factura en la anterior edición.
Así pues, con sus pros y sus contras, Sébastien Loeb se presenta en el Dakar 2019 con la ilusión del primer día y con la ambición de convertirse en ganador por primera vez en su carrera. Veremos a ver si es el tapado, el gran favorito o si, por el contrario, no tiene opciones ante las armadas oficiales.
Fuente de las fotos: @SebastienLoeb.
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