Después de su andadura con Mitsubishi que terminó a la par que el programa de la fábrica en el Dakar, el francés se unió al equipo BMW donde pilotó por dos temporadas hasta retomar la senda de la victoria con el equipo X-Raid bajo la tutela de Mini. Una vez el buen camino estaba marcado, el francés no ha dejado pasar la oportunidad y ha conseguido la victoria en la categoría de coches tanto en el año 2012 como en la edición de 2013, celebrada hace poco más de dos meses.
La fiabilidad y rapidez del Mini 4All, junto a la dilatada trayectoria que tiene en el Dakar son motivos más que de sobra para catalogarle desde ya como el máximo favorito a la victoria en la prueba que se disputará el próximo años. A sus 47 años, el francés no ha perdido el hambre por la victoria y apuesta por la fiabilidad de la máquina que le ha dado sus últimas palabras, ya que en palabra del propio Peterhansel, es casi única.
Además, la apuesta del actual campeón así como sus palabras desprenden una total fe y convicción en la decisión tomada: "En los dos pasados rallies Dakar, no nos hemos encontrado ni un solo problema técnico. Esto no es solo gracias a que el coche sea muy bueno, sino también a que todo el equipo ha estado haciendo un trabajo muy profesional. A pesar del calor, arena y la presión, todo el mundo trabajó excelente para prevalecer frente a competidores que disfrutaron de las ventajas en la normativa".
Normativa a su favor
Después de un 2013 donde ganó con mayor soltura de la esperada a unos buggies que amenazaba su supremacía al tener una normativa que potenciaba un mayor rendimiento de las pequeñas máquinas, en 2014 la regulación ha limitado a las máquinas que manejan pilotos como Carlos Sainz. Este hecho sin duda es un motivo más para pensar que Stephane Peterhansel es y será de nuevo el favorito, sabiendo además que la fiabilidad le permitirá estar siempre en la lucha.
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