Actualmente en lo que al chasis y la aerodinámica se refiere DTM y Super GT ya han compartido reglamento y la intención es que desde 2017 se utilice el mismo motor de 2 litros turbo alimentado de cuatro cilindros. Este reglamento se conoce como 'Clase uno', tal y como se acordó por parte del ITR y los organizadores del Super GT junto con los fabricantes en una reunión conjunta en Tokio. Además IMSA planea lanzar también su propio campeonato basado en este reglamento.
Espectáculo y reducción de costes
Las principales prioridades a incluir también en el reglamento son un alto nivel de seguridad y una reducción de costes, con un aspecto similar al de los coches de DTM. El objetivo que se pretende conseguir es que los coches de los distintos campeonatos puedan participar en los otros, de forma que los fabricantes puedan ampliar su mercado de forma sencilla. Además podría llegar a permitir que los equipos tuvieran que construir menos coches para la parrilla, es decir, en lugar de aprtar siete coches por marca como ocurre en el DTM, poder reducirlo a tres o cuatro coches.
Bennet, CEO de IMSA: "Los fabricantes alemanes siempre han tenido interés. Hemos hecho una propuesta y todos los fabricantes japoneses son conscientes de esta oportunidad. También lo hemos puesto en conocimiento de los fabricantes americanos. Hemos tratado de informarles del rumbo del proyecto, que planteen sus dudas y sugerencias sin compromiso alguno. Esperamos que tomen el proyecto en consideración".
Fuente: racer.com
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