Y no hay mejor manera que entregarle al nuevo Audi RS5 DTM el traje y vestido que le llevó a ser campeón del DTM en 2013. Esto es posible gracias a que Mike Rockenfeller y Audi mantienen su acuerdo de patrocinio con 'Schieffler', lo que se traduce en que el piloto alemán pilotará el Audi RS5 DTM con los colores verde-amarela que ya llevó en 2013. De hecho, en los últimos años, está decoración es algo así como el toque de color y suerte que necesitaba la marca de Ingolstadt puesto que con estos mismos colores también se convirtió en campeón Martin Tomczyk antes de fichar por BMW.
Pequeños cambios
Con una decoración prácticamente idéntica a la de la pasada edición del Campeonato Alemán de Turismos y sin posibilidades de tocar el motor, congelado por normativa, está claro que las únicas mejoras llegan en el chasis y en la carrocería. A nivel aerodinámico se ha revisado la parte trasera de este Audi RS5 DTM, así como en otros puntos como el paso de las ruedas, los distintos apéndices aerodinámicos y sobre todo, en la zona del soporte de los retrovisores que ha mutado completamente en referencia a lo que vimos en 2013 para canalizar mejor el aire en el arco formado por este soporte, la carrocería y el propio retrovisor.
En otros aspectos, la suspensión se ha evolucionado en su conjunto, retocando tanto el eje delantero como la parte trasera para intentar mejorar esas milésimas o décimas que pueden marcar la diferencia entre ganar el campeonato como sucedió en 2013 o estar por debajo de las otras dos marcas de la categoría, BMW y Mercedes.
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