En los últimos años se ha ido comprobando que se ha ido aumentando notoriamente el mercado de los coches eléctricos a gran escala, o mejor dicho, se ha incrementado su producción, pero eso en ocasiones no se traduce en las ventas. Esto es lo que ha sucedido realmente en España, que se ha comprobado que se está quedando estancado en muchos sentidos. Tanto es así, que se ha llegado a dudar si realmente la estrategia de diversificación del mercado que se está realizando en la Península Ibérica es la correcta o no.
Desde la Anfac han lanzado los últimos datos de su ambicioso y realista Barómetro de Electromovilidad, el cual ha hecho que salten todas las alarmas al ver que no se ha alcanzado la cuota de mercado que se esperaba en el peor de los casos. Este informe, que se basa en el volumen de ventas que se ha logrado en los 365 días naturales de un año, evidencia que debemos trabajar en muchas áreas para lograr esos datos que tanto necesitamos ver. Todo ello, también se debe especialmente a un problema de gran envergadura con la infraestructura nacional de redes de recarga, las cuales no son de acceso público la mayoría y ante un gran crecimiento del precio de la energía ha hecho que no se introduzcan.En ese sentido, se ha observado que en el 2022, se logró una cuota de mercado de 23%, lo que supone un crecimiento del 4%, un resultado muy reducido ante el crecimiento europeo del 8%. De este modo, se ha observado que en el pasado año se llegaron a matricular unas 78.316 unidades de turismos electrificados, quedándose lejos de la meta de 120.000 unidades para 2023.
Un problema a gran escala
-Según se ha conocido, el principal problema que se ha producido se encuentra en la infraestructura de la red de recarga, contando con un 7,3 puntos de 100, según los usuarios, siendo una de las peores a nivel europeo. Eso sí, poco a poco se va adaptando el mercado y en España nos encontramos con más de 18.000 puntos de recarga que son de acceso público.
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