El futuro de la automoción se encuentra en un momento donde las nuevas tecnologías y los altos costes de los recursos han hecho que muchas firmas busquen alternativas para sacar adelante sus ambiciosos proyectos. En los últimos años se ha observado que los países asiáticos es una de las grandes apuestas para reducir los costes de producción. En el grupo BMW y en concreto en la marca Mini han anunciado que la línea de modelos eléctricos se dejarán de fabricar en la mítica planta que cuentan en Oxford, y ahora han decidido llevarlo a China mejorando sus prestaciones por completo.
La fábrica británica es una de las más icónicas de la firma y es que es el punto de inflexión y de referencia de la producción y nacimiento de todos y cada uno de los modelos que han ido lanzando poco a poco. Desde la llegada del Cooper SE, BMW no ha visto la manera de sacar la viabilidad de este ambicioso proyecto. Para ello, han alcanzado a un acuerdo con Great Wall Motors y en 2023 llevarán la producción a China.Con esta acción desde Mini han decidido poner un punto y a parte en su tradición histórica. En BMW intentaron reflotar la marca a principios de siglo y ha ido ganando mucha presencia en la planta de Oxford. Ante esta situación en Mini han apuntado que desde la fábrica seguirán trabajando en conseguir la mayor fabricación de modelos y están pensando en 2025 en su producción de descapotables.
Apuesta sostenible
Mini es una de las marcas que lleva más retrasado su proceso de electrificación, pero eso no es un problema. Desde la firma tienen previsto comenzar a terminar su proceso lanzando su última generación térmica. Eso sí, poco a poco irán introduciendo las novedades eléctricas para reducir cualquier tipo de modelo futuro de gasolina. Eso sí, desde la firma no han puesto todavía ninguna fecha concreta para ver el final de los modelos de gasolina, aunque apuestan por el 2030. Todavía quedan muchas dudas sobre el futuro de la fábrica de Oxford, aunque es posible que ocupe otro rol en la marca.
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