En un momento como el actual no es de extrañar que muchas marcas hayan apostado por implementar un cambio generacional en cada uno de sus modelos, los cuales facilitarán la transición sostenible hacia un mercado mucho más competitivo. Ahora bien, estos cambios son menos proclives a realizarlos las marcas asiáticas, especialmente las japonesas, como es el caso de Toyota, que ha reconocido que seguirán trabajando para introducir un futuro más limpio, pero al mismo tiempo, no consideran oportuno introducir una estrategia puramente eléctrica. En ese sentido, la firma nipona ha comentado que están valorando positivamente la investigación en un terreno mucho más inquietante y sorprendente como es el caso del hidrogeno.
El sustituto de Akio Toyada, nieto del fundador de la marca, dejó hace unos meses la presidencia y ahora, Koji Sato será el nuevo CEO de la compañía. A partir del próximo 1 de abril estará en la primera fila liderando un proyecto internacional de primer grado. Ahora, en unas declaraciones recientes, Sato afirmaba que una de las opciones posibles en las que estaban trabajando desde la compañía era en el hidrogeno verde, aunque son conscientes de que es uno de los grandes problemas del mercado. En ese sentido, se han propuesto que a final de 2030 comenzarán a tener una infraestructura mucho más competitiva.Para hacerlo posible, se ha asegurado que gracias al apoyo del gobierno se coproducirán una media de unos 200.000 coches de combustible para 2025, llegando a aumentar hasta los 800.000 en 2030. De este modo, para garantizar la subsistencia del mercado, se instalará un total de 160 estaciones de servicio que se producirá exclusivamente por este tipo de combustible.
El apoyo de más marcas
En ese sentido, marcas como Kawasaki han indicado que están trabajando para que el hidrogeno esté en otros vehículos. Este es el caso de los de gran tonelaje, como los camiones pesados, autobuses o en la aviación. Por ello, han reconocido que es una de las energías indispensables para el futuro del planeta. Eso no quiere significar que no convivan en el futuro ambas tecnologías, que es la finalidad de muchas marcas.
Artículos recomendados