Hay modelos y marcas que deben estudiar su plan estratégico a largo plazo y comprender que es lo que necesita realmente su público y su mercado de automoción con la intención de consolidarse. En un momento de transición hacia lo ecológico, sostenible y eléctrico, firmas como Toyota han debido estudiar y analizar que deben y quieren lograr en un momento de cambio constante. La firma asiática era muy reticente durante mucho tiempo al cambio de motorización y de consumo, aunque ellos han sido los padres de lo que se conoce actualmente como movilidad hibrida. Ahora, han visto como su inacción les ha hecho ir varios pasos más atrasados y que muchos de sus planes se están retrasando, produciendo una deficiencia muy amplia de suministros en sus concesionarios.
Con una gran escasez de beneficios, Toyota ha tenido que reestructurar su agenda eléctrica a corto plazo. Después de una gran reunión determinarán tres puntos importantísimos para los próximos años. Por una parte, determinaron la creación de 30 modelos eléctricos por completo, una inversión de unos 35.000 millones de dólares hasta 2030 y la transformación de LExus en una firma exclusivamente eléctrica. Ante esta situación la crisis de resultados hicieron que estuvieran en un primer plano.Inicialmente nos encontrábamos con unas ventas de unos 3,5 millones de modelos que estaban diseñados mediante la plataforma eléctrica e-TNGA, aunque recientemente vemos unas cifras de ventas testimoniales. Ahora con la fuerte inversión que han hecho en el mercado eléctrico debe entregar un gran beneficio a la firma japonesa.
Una medida preventiva
Los modelos que tengan que actualizarse que vengan con una TNGA son mucho más caros para la compañía. Ahora, han decidido paralizar los desarrollos y esto deriva en importantes retrasos en una estrategia que ya tenía un importante hándicap temporal. Ahora, muchos estudios determinan que es posible que tengan que desarrollar una estructura y plataforma específica para esos modelos eléctricos. Se trata de una estrategia similar a la que han hecho algunas empresas como Volkswagen con la arquitectura MEB. De este modo, supone una reorganización completa de la empresa, cambiando sus productores, proveedores y lanzamientos de un catálogo en constante cambio.
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