Tras hacer varias apariciones a lo largo de los últimos meses, había un buen sentimiento entorno al Mirage R5. Le habíamos durante su acto de presentación, en alguna que otra Feria del Automóvil e incluso de test en Suecia. Este fin de semana incluso hacía de coche cero en un rally disputado en Holanda y sin embargo, con las mismas, el proyecto ha recibido un golpe sino mortal, cerca de serlo. Mitsubishi no ha dado permiso para realizar una homologación FIA del coche, por lo que sus apariciones a nivel internacional quedan descartadas. Carne del ERC, sobras de Nacional.
De hecho, ahora el Mitsubishi Mirage R5 tendrá que ser readaptado. Construido bajo normativa FIA con la intención de competir en el ERC o incluso en el WRC2, el Mirage R5 sufrió un retraso en la homologación en Suecia ya que no cumplía con los requisitos de seguridad de la jaula antivuelco para la normativa de este país. Ahora, Mpart AB tendrá que hacer las modificaciones necesarias para al menos poder superar la homologación en Suecia, ya que la única esperanza que le queda al Mirage R5 es ir cumpliendo los requisitos de las distintas Federaciones para ir compitiendo a nivel Nacional.
La cara y la cruz
La apuesta de Mpart AB y Tomas Weng ha quedado en nada, o al menos en rescoldos de lo que podría haber sido una gran llama. Un proyecto que nació con incógnitas, pero que tenía buenos tintes. De hecho, la historia del Mitsubishi Mirage R5 recuerda a la del Mini JCW WRC, desarrollado por un preparador privado -Prodrive- que luego lo llevó a la competición. En ese caso, David Richards si consiguió que el Grupo BMW le diera el beneplácito de la homologación. Cara y cruz de este deporte.
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