Hace algunos años muchos daban por hecho que los coches eléctricos habían desaparecido por completo de la existencia. Algunos se preguntaban, si existieran vehículos eléctricos en las calles, ¿cómo harían sus dueños para recargar sus baterías? Y en efecto, esos comentarios tenían mucho fundamento, sobre todo si nos ponemos a pensar que el auge de los coches impulsados por combustible diésel o gasolina era prácticamente imparable en cualquier parte del planeta. Por mucho tiempo, todos los proyectos que trataban sobre el diseño y la construcción de coches eléctricos estuvieron engavetados, e inclusive se pensó que solo se trató de algo tan efímero, como una nube pasajera.
Algo impensable
Y ni hablar del mundo de los deportes a motor. ¡Quién se imaginaría un coche eléctrico compitiendo en algún autódromo del mundo! los motores de combustión, y de altas revoluciones, mandaban en todos los circuitos. La sola idea era una especie de sacrilegio hacia el mundo de la velocidad, un pecado imperdonable, algo que rayaba en el colmo de lo absurdo. Pero como soñar no cuesta nada y de hecho, nada es imposible de alcanzar en esta vida, hubo personas que nunca perdieron de vista sus metas con respecto a las tecnologías ecológicas, y su trabajo y constancia los llevaron a obtener los objetivos.
Muchos escépticos
Podemos decir que así nació el proyecto del campeonato con monoplazas eléctricos de la Fórmula E, y mire que fue difícil, ya que al principio nadie daba un centavo por los ideales del visionario empresario llamado Alejandro Agag. El solo hecho de imaginar que coches con tecnología cero contaminante compitieran por las avenidas más importantes del mundo era como un sueño muy lejano, y pocos sentían un interés tan especial por ver esa idea convertida en realidad. Hasta el entonces "mandamás" de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, fustigó al certamen eléctrico, y mostró toda su apatía cada vez que le pedían su opinión al respecto.
En cierto modo tenían razón, sobre todo porque nunca se había puesto en marcha un proyecto con estas características. Pero ¿qué paso o cual fue el detonante para que finalmente se llevara a la práctica la llamada Fórmula E? la razón es muy sencilla, el futuro. Algunos expertos consideran que los proyectos, cuando pasan de tres años de duración, ya se pueden considerar como exitosos. En ese sentido, la Fórmula E va rumbo a su cuarto campeonato, y ya se está anunciando un sinfín de mejoras para el arribo de la quinta campaña.
Cambios de opinión
Uno de los tantos ejemplos de personalidades del deporte a motor que mostró su desconfianza hacia el proyecto eléctrico, pero que luego cambió drásticamente de opinión, es el jefe del equipo Mercedes de la Fórmula 1, Toto Wolff. Al comienzo, el austriaco consideró que la Fórmula E era una categoría a la que se le debía respeto, pero no la consideró como un certamen deportivo. Antes bien, para Toto este campeonato era una especie de Marketing, en el que se vendían las marcas mediante una avanzada plataforma tecnológica, pero que a fin de cuentas, no se le debía considerar como una carrera de verdad.
El rumbo por el que van los coches de calle lo tienen muy bien planificado los grandes fabricantes; los vehículos eléctricos están llamados a desbancar a los coches de combustión. Es por eso que Wollf de alguna manera reconsidero sus pensamientos; se dio cuenta que Agag gestiona muy bien la categoría, hasta el punto de atraer a los máximos fabricantes de coches del planeta. El mundo cambia a cada segundo que pasa. La electrificación de coches es una realidad y las marcas como Mercedes deben trazar su ruta hacia ese destino. Esa es la razón para que los germánicos también participen en el certamen electrizante, y no les extrañe que desde su llegada se comiencen a incrementar sus ventas por todas partes del mundo. En definitiva, la Fórmula E es la categoría automovilística del mañana.
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