Si no que se lo pregunten a A.J. Allmendinger. El californiano de Penske, conocido por su positivo en el test anti-dopping de NASCAR, se encuentra incómodo en los óvalos. Un NASCAR es más resistente al viento, y las fuerzas G se notan menos, de forma que es normal ver "menos en forma" a los pilotos de los stock-car. Mientras, los IndyCar, pesan poco y el viento puede jugar un factor importantísimo en el setup del coche.
"Me siento como pez fuera del agua, intentado pensar en cómo trazar correctamente. Mucha gente piensa que tengo mucha experiencia en óvalos y de hecho, sólo he corrido una vez en ellos en la Champ Car. Fue en Milwakee, así que esto es como si debutara de nuevo."- comenta Allmendinger
Test en Texas
Para ello A.J. Allmendinger estuvo la semana pasada en Texas, junto a otros dos debutantes en la Indy 500: Carlos Muñoz y Tristán Vautier. En ellos, los tres pilotos se intentaron adaptar al control de un IndyCar en condiciones de trazado ovalado, dónde los reglajes son totalmente asimétricos.
Otros de los que estuvieron presentes en el test privado fueron Sato, Ed Carpenter, James Jakes y Simon Pagenaud. Según Beaux Barfield, director de carrera en la IndyCar, este test era para aclimatar a algunos de los pilotos a las carreras en óvalos.
"El Texas Motor Speedway es un lugar dificil para correr, pero ayuda a los pilotos a coger ritmo fácilmente. De cara a la Indy 500 es un paso fundamental que se adapten a las altas velocidades. Quiero que sepan moverse en un ambiente dónde todo pasa muy rápida."- comenta Barfield -"Hay un par de baches en algunos puntos del trazado, tendrán que ir con cuidado."
La primera cita con los óvalos es la prestigiosa Indy 500. Noventa y siete ediciones ya, y esta vez contará con otro apellido curioso. El 26 de Mayo se verá si estas pruebas han ayudado a Allmendinger.
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