Cabe recordar que la temporada 2012 no fue bien en ningún momento. Tras el anuncio de la llegada de Lotus a la IndyCar, los motores de la marca llegaron a la parrilla de St. Petersburg, primera carrera de la temporada tras muchas dudas. Bajo rendimiento y falta de evolución condenaron a los pilotos que montaban los motores de esta marca a las últimas posiciones y con tan solo un buen resultado de Sebastien Bourdais con un top ten en toda la temporada, los equipos empezaron a huir.
Esta situación llegó en mayo cuando BHA, Dragon Racing y Dreyer & Reinbold se desvincularon de la marca, dejando a Simona de Silvestro como única piloto con motor Lotus. La piloto suiza rozó el bochorno en los óvalos largos como Indianápolis, Texas y Fontana y tan solo pudo ser medianamente competitiva en los óvalos cortos y en los circuitos ruteros, algo que ha dejado tocada la imagen de una Lotus que pasó por cambios internos y que ahora dice adiós a la IndyCar.
Competición bicéfala
De nuevo y con la marcha de Lotus la competición queda dividida en dos frentes. Con los chasis del proyecto ICONIC de Dallara como única opción, de nuevo los equipos y pilotos en 2013 podrán elegir entre las dos marcas de motores que permanecen fieles a la categoría. Honda y Chevrolet vuelven a ser de nuevo los únicos suministradores para 2013 aunque se rumorea que Chrysler se mantiene pendiente de esta situación.
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