En estas semanas, el motorizador asiático Honda introdujo una serie de actualizaciones en su turbocompresor que alimenta a los monoplazas de la IndyCar. Aunque estas mejoras y actualizaciones fueron en un primer momento aceptadas por un equipo técnico de la IndyCar compuesto por tres ingenieros, uno de cada marca implicada en la competición, parece que estas actualizaciones van a traer polémica.
Aunque los ingenieros de Honda, Chevrolet y Lotus, elegidos por mutuo acuerdo entre las marcas dieron en un primer momento como hemos dicho el visto bueno, parece que el equipo Chevrolet ha cambiado de idea y ha presentado una queja formal para que el fabricante japonés retire estas mejoras. Por el momento y contra todo pronóstico, el recurso de Chevrolet ha prosperado y se escucharán las alegaciones del equipo americano.
La polémica se amplia
La verdad que el caso de los motores este año en la IndyCar es digno de estudio. Además del equipo Lotus, que está teniendo unos problemas increíbles con su propulsor, ahora tenemos polémica entre las otras dos marcas restantes.
Mientras tanto, con esta polémica en la mesa de todos los fabricantes de motores, la organización de la IndyCar ha decidido suspender temporalmente la penalización de 10 posiciones en parrilla por cambiar de motor de cara a las 500 millas de Indianápolis. De esta forma ante las exigencias de la pista todos los pilotos y equipos contarán con motores frescos y recibirán una nueva unidad del motor antes de la carrera.
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