Aunque ambos pilotos se conocen desde que no levantaban ni un metro del suelo, la relación que une a ambos es realmente ambigua. Han competido el uno contra el otro no solo en el Mundial, sino en las categorías inferiores y los duelos han estado marcados por una gran rivalidad en pista y una relación amistosa, que no cordial, fuera de ella. Sin embargo, este último lance, aunque en un primer momento no ha tenido porque afectar esta relación, podría hacerlo por los intereses de ambos y sobre todo por la ambición de un señor que en teoría es ajeno a esta lucha.
Sobrevolando el horizonte la sanción anulada y la apelación realizada por el equipo de Espargaró, lo cierto es que no me gustaría que esta historia terminase como una que todos recordamos y que ha llenado titulares en los últimos años, la más que comentada y maltratada relación entre Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa.
Paralelismos preocupantes
Y lo cierto es que la historia en algunos términos se repite. Dos pilotos españoles, rivales en pista a lo largo y ancho de varias categorías, que pelean por triunfar en una categoría complicada. Marc Márquez llega en el papel de Jorge Lorenzo, con una gran progresión y marcado con el rol de futura estrella del motociclismo español. Por su parte, Pol Espargaró tiene el rol de Dani Pedrosa, que después de algunos problemas intenta conseguir triunfar en una categoría que se disputa a cara de perro. Sin embargo, la agresividad en pista y los patrocinadores que llevan a sus espaldas, en este caso están cambiados.
Dicho esto y por el empeño de un señor llamado Sito Pons, ídolo de masas pero con una personalidad complicada, el accidente de Pol Espargaró y Marc Márquez puede empezar un episodio que puede desencadenar en un negro final. Hablando con el entorno de uno de los dos pilotos, me consta que las relaciones se han vuelto un tanto tirantes después de la pelea en pista y sobre todo de las sanciones y contra reclamaciones que en una decisión absurda la dirección de carrera y la FIM han permitido y promulgado.
En lo que respecta al accidente, bajo mi opinión si alguien tiene la culpa tal y como sucedió la acción, ese es Marc Márquez. Lo cierto es que el piloto catalán en su empeño por recuperar la trazada tras el susto tan fuerte que vivió, retomó el sitio correcto y sin ver a Espargaró, se lo llevó por delante. Pero en estas palabras, el concepto "sin ver" toma fuerza y para mi es un lance de carrera que no debería en ningún momento haber sido sancionado.
Lo cierto es que la normativa de Moto2 y por ende de MotoGP también es algo que daría para un artículo completo, porque a mi entender que la diferencia entre no estar sancionado y si estarlo sea de un minuto y de 20 posiciones, es una barbaridad, aunque ese es otro asunto en el que no me gustaría profundizar más lejos de que está sanción no debería haberse producido.
Sin la necesidad de repetir
Por último, en esta historia de tintes paralelos, espero que esta caída en el Gran Premio de Catalunya de 2012, nunca se asemeje a la que se produjo en el Gran Premio de Alemania 2005, cuando Jorge Lorenzo cayó al intentar adelantar a Pedrosa y que abrió la caja de los truenos, entre acusaciones de falta de humildad por parte de Lorenzo en contra de su enemigo. Desde ese momento y con dos años de margen por no competir en la misma categoría, la escalada de declaraciones se elevó a niveles intolerables para dos pilotos del Mundial.
Lo único que nos queda esperar, es que la relación entre Márquez y Espargaró no se marchite como lo hizo en su momento la de Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa. En mi fuero interno creo que las cosas se están sacando de quicio y solo rezo para que no tengamos que recurrir a un monarca y tres años de reflexión para que dos nuevos pilotos españoles entierren el hacha de guerra, al menos fuera de las dos líneas blancas que delimitan la pista.
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