La escuela italiana ha dado grandes nombres al Motociclismo y en la actualidad está renaciendo con una horda de pilotos jóvenes que prometen mucho. Romano Fenati, Francesco Bagnaia, Lorenzo Baldasarri o Alessandro Tonucci son algunos de los jóvenes pilotos que están comenzando su trayectoria internacional en Moto3. Sin embargo, si hay un nombre que para muchos destaca por encima del resto es el de Niccolò Antonelli, piloto del Go&Fun Honda Gresini que no ha tenido un inicio de campeonato demasiado bueno. De hecho, en un accidentado arranque de año ha tenido que esperar a la quinta cita para conseguir sus primeros puntos.
Antonelli no ha podido terminar las cuatro primeras pruebas del campeonato en Losail, Austin, Jerez y Le Mans y no ha sido hasta la carrera de casa en Mugello cuando el piloto italiano ha sumado sus primeros puntos. Con las diferencias técnicas entre su montura Honda y las todopoderosas KTM que sin duda están lastrando su progresión, al menos Niccolò Antonelli ha podido estrenar su casillero gracias al séptimo puesto conseguido en la pista italiana.
"Estoy contento sobre todo de haber terminado la carrera, ya que ése era el primer objetivo. Traté de permanecer con el grupo de cabeza, pero perdía demasiado terreno en la recta con respecto a ellos. Cuando me di cuenta de que sería imposible rodar a su ritmo, intenté llevarme a casa el séptimo puesto, que sigue siendo un buen resultado para nosotros" analizaba Antonelli tras terminar el GP de Italia en Mugello.
Quejas y trabajo
Niccolò Antonelli es totalmente consciente de las debilidades que arrastra su montura y aunque como muchos pilotos con motor Honda ha elevado sus quejas a nivel público para intentar poner las pilas a la marca japonesa: "Desgraciadamente, el rendimiento de nuestro motor es inferior al de nuestros rivales, es evidente, pero hay que aceptar esta situación y mirar hacia el futuro con confianza, esperando que Honda nos pueda dar un poco de ayuda pronto". De momento y sin poder esperar esta ayuda, después de la carrera del domingo, el equipo se quedó en Mugello para llevar a cabo una jornada adicional de entrenamientos en la que se centró en los componentes del motor, en un intento para disponer de más potencia.
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