Como casi cada Febrero desde 1975 la población de Le Touquet acogió este domingo su gran evento deportivo en su enorme playa que se extiende en dirección sur hasta Stella y más allá. Esta vez 1100 motos, 500 quads, 200 jóvenes y casi 300 motos clásicas compitieron durante dos días al lado del Canal de la Mancha. Es imposible negar la magnitud de semejante evento, que con más de 2000 pilotos inscritos es mezcla de resistencia y carrera popular. Este año el gran espectáculo nos lo dieron las motos, donde el local Adrien van Beveren persiguió al belga Daymond Mertens hasta la última vuelta intentando conseguir su cuarto triunfo consecutivo.
Hoy día la carrera creada por Thierry Sabine cada vez acoge a más categorías y más variadas. Además de la gran carrera del domingo con hasta 1200 motos inscritas en algunas ediciones también hay una carrera para cadetes más corta y en una pista más reducida, carrera para jóvenes, dos cortas mangas para motos clásicas y el quaduro para los aficionados a las cuatro ruedas. Antiguamente sólo había una carrera para todos, con motos, quads y hasta triciclos mezclados. No fue hasta 1997 cuando el evento originalmente creado por el también creador del Paris-Dakar Rally empezó a separar a motos de los aparatos de tres ruedas o más y hay que llegar hasta la década en la que vivimos para ver a motos clásicas, juniors y cadetes conseguir su propio espacio.
Más que la división de clases seguramente lo que más ha marcado el paso del tiempo en el Enduropale ha sido la gran modificación del recorrido. Desde su origen la playa de Le Touquet sólo era un tramo, la carrera se decidía en las dunas entre Le Touquet y Stella. La pista era preciosa, algo único, pero entonces llegaron las quejas de los ecologistas. Tras años de protestas y hasta amenazas de ataques violentos en 2005 se decidió que sería la última vez que las motos y quads pasarían por tan espectacular parte del recorrido. Desde 2006 todo se hace en la playa y las dunas modernas no son más que montones de arena apilados por la organización.
Otro gran signo del paso del tiempo es la famosa pelea por el holeshot, que en 2017 entregó mil euros. Antiguamente locos de la velocidad creaban auténticos engendros para conseguir el premio y la fama temporal. Quizá el más destacado fue un piloto que creó una moto de cross propulsada por un motor de CBR900RR. La organización acabó tomando cartas en el asunto y desde hace bastantes años se exige completar parte de la carrera además de que se han incluído chicanes para exigir un mínimo de manejo para quien quiera ser el primero en llegar a la primera horquilla del recorrido.
En cuanto a inscritos es fácil hablar de dos grandes sectores: profesionales y amateurs. Mientras que los amateurs vienen de prácticamente todos los rincones de Europa incluyendo España y hasta parte de otros continentes, los profesionales son fácilmente divisibles entre especialistas en arena, endureros, dakarianos y crosseros. Generalmente la carrera ha sido ganada por pilotos franceses (29), belgas (6) y holandeses (5), los tres principales países donde se disputan carreras similares, pero siempre ha habido pilotos de lugares como Gran Bretaña y Escandinavia probando suerte y consiguiendo top10s y hasta posiciones de honor. Los pilotos ganadores seguramente más conocidos para aficionados poco acostumbrados a seguir estas competiciones son el triple ganador Eric Geboers (campeón del Mundo de motocross en 125cc, 250cc y 500cc), Mickaël Pichon (doble campeón del Mundo de motocross en 250cc y doble campeón de AMA Supercross 125cc East), Steve Ramon (campeón del Mundo de motocross en 125cc y MX1) y ahora Adrien van Beveren. Es obvio que la carrera le resulta bastante atractiva a muchos pilotos de nivel.
En este 2017 pudimos contar con pilotos famosos como el propio van Beveren, Ramon, los pilotos MXGP Xavier Boog, Milko Potisek y Nicolas Aubin además del dakariano Olivier Pain y el pluricampeón europeo de enduro Maurizio Micheluz intentando completar el máximo de vueltas posibles a la pista de 12500 metros, que esta vez incluía cinco kilómetros de recta partidos por tres chicanes antes de la primera horquilla. El piloto que llegó primero a esa horquilla y la completó fue Daymond Martens, que se llevó el holeshot y con ello los mil euros. El propio Martens completó la primera vuelta como líder con cierto margen sobre el segundo clasificado Julien Tournessi. En el segundo giro vimos un apretón considerable de Camile Chapiliere, que se puso líder tras haber pasado por meta tercero anteriormente, pero ese entusiasmo se vio truncado pocos minutos después cuando tuvo un accidente con un doblado y tuvo que retirarse después de menos de 25 minutos de carrera.
El siguiente en ponerse líder fue Steve Ramon. El veterano belga fue otro que encontraría problemas poco después. En la vuelta cinco se enganchó con un doblado y perdió tanto tiempo y energía que dejó de atacar. Antes de ese accidente ya se había puesto líder Daymond Martens y de ahí en adelante se dedicó a tirar. Adrien van Beveren y Richard Fura fueron sus principales perseguidores pero poco parecían poder hacer. La mayor ventaja para Martens fue de 70 segundos sobre sus perseguidores poco después del ecuador de la carrera.
En ese momento Richard Fura empezó a perder tiempo pero Adrien van Beveren empezó a sacarle todo el partido a su Yamaha #111 y a recortar poco a poco la ventaja que se había trabajado el líder con su Yamaha #5. A falta de dos vueltas el dakariano se colocó a sólo 32 segundos del belga y el publicó se encendió como nunca apoyando al piloto local que buscaba su cuarto triunfo consecutivo. Empezaron el último giro con menos de veinte segundos entre ellos y van Beveren se llegó a colocar a cinco segundos del líder pero a falta de menos de tres kilómetros el triple vencedor sufrió una caída y al final se llevó el triunfo quien dominó durante toda la carrera, Daymond Martens.
A decir verdad hubo muchas historias más como las retiradas de Julien Tournessi y Xavier Boog por problemas mecánicos o la excelente undécima plaza del veinteañero de EMX250 Nicolas Dercourt pero es indudable que el duelo entre Martens y van Beveren es el tercer mejor final de la historia de la carrera detrás del provoca-infartos que nos dieron Arnaud Demester y el fallecido Timotei Potisek en 2008 y el controvertido final de la bandera roja en plena pelea entre Jean-Claude Mousse y Milko Potisek. Esta vez la arena dictó sentencia y dejó que Daymond Martens entrara en los libros de historia.
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