El Gran Premio de Gran Bretaña obligado a cancelarse por las lluvias

Por primera vez en la temporada 2018, las condiciones meteorológicas obligan a cancelar un Gran Premio, en las que además la situación de la pista no ayudaba ya que el nuevo reasfaltado de la pista no tenía mucho drenaje con la lluvia que estaba descargando sobre el circuito, otro problemas más que se ha sumado a la principal protesta que los pilotos han tenido a lo largo de el Gran Premio, los numerosos baches que se encontraban en el recorrido.

Pero a pesar de esta decisión, la lluvia comenzó a hacer presencia tras la vuelta de reconocimiento, no dejando comenzar la carrera en la hora estipulada por la peligrosidad que suponía para los pilotos por la gran cantidad de agua estancada en el asfalto. Tras esta situación los equipos se reunieron con Dorna, para tomar una decisión sobre la reanudación de la carrera, en la que todos los equipos estaban de acuerdo en esperar, salvo Jack Miller que quería comenzar a la carrera.

Tras la decisión de esperar a que la lluvia pasase y la pista no mejoró y fue posponiéndose mientras se estaban contemplando otras alternativas como realizar la carrera el lunes, alternativa que no se considero viable por los numerosos problemas que causarían a los los diferentes empleados del circuito, equipos... y teniendo que suspender a demás los diversos test planeados para los días próximos tras el Gran Premio de importantes marcas como serían Suzuki o Yamaha.

Finalmente, tras contemplar las diferentes alternativas y sin mejorar la situación de la pista, se opto por la cancelación del Gran Premio, ya que la pista de Silverstone no se encontraba con las condiciones adecuadas para llevar a cabo el evento considerando muy peligrosa la realización de las carreras de las tres categorías del mundial de motociclismo.