El circuito de Losail se consolida, de forma intencionada o no, como el circuito del "show". Si echamos la vista atrás su estreno como trazado en el mundial de MotoGP en 2004 ya fue de lo más ruidoso. En aquel entonces el GP se celebraba a pleno sol del día y hasta la fecha nunca antes una simple escoba y el hecho de quemar rueda sobre la pista habían dado tanto de que hablar.
Cuenta la leyenda que en el desierto apenas llueve. Entonces, ¿para qué construir un circuito de motos con drenaje como el resto si no va a hacer falta? Craso error. Sigamos mirando al pasado: Esta vez no tan lejos, hasta el año 2009. Precisamente el año anterior fue el primero que el GP de Qatar se celebró de noche y bajo los focos en pleno desierto, marcando un antes y después en la forma de disputar un Gran Premio, dejando de lado lo tradicional y dándole un toque diferente.Pues justo en 2009 llegó el primer "¿y ahora qué?" en el momento de disputar la carrera de MotoGP el domingo. Una lluvia torrencial apareció de la nada, pillando a todo el mundo desarmado y sin saber qué hacer. De nada sirvió retrasar la carrera, aquel aguacero no tenía muchas ganas de irse. La solución final fue aplazar la carrera que faltaba al día siguiente, un lunes, algo insólito.
El caos
Los petrodólares no aprendieron la lección y este año ha llegado El Día del Juicio Final en forma de repetidas lluvias, repartido en 2 semanas. Primero, la cancelación de los test de las categorías pequeñas, Moto3 y Moto2, que sólo pudieron rodar 1 de los 3 días que había programados como último repaso antes de empezar el curso 2017. Segundo, la semana de Gran Premio.
La rueda de prensa del miércoles fue un acontecimiento bonito, alegre. Las mismas caras de la anterior temporada, pero con los colores cambiados y los mismos ojos de ilusión y de ganas de dar gas. Una "fachada" para ocultar al verdadero protagonista del Gran Premio: el tiempo. Detrás de tantas sonrisas permanecían maquillados los nervios, las inseguridades y el runrún de qué iba a pasar si llovía el domingo.
La primera prueba meteorológica a superar llegó el sábado, día de calificación. El aguacero que cayó esa misma mañana convirtió el trazado en un lago, pero sin cisnes. En su lugar había barro y más agua estancada que no escapaba por ningún sitio ya que el circuito de Losail carece completamente de cualquier cosa que se asemeje a drenaje, algo que solucionarán el próximo año, dicen. Se suspenden los clasificatorios, opción más sensata. La peor parte de esto se la llevaron todos aquellos que intentaron secar y limpiar la pista, escoba en mano. Tanto esfuerzo fue en vano.
El domingo, día de carreras, se las prometía felices. Tanto los WUPs como las carreras de Moto3 y Moto2 se pudieron disputar sin problemas. Y ahora viene cuando la matan... La carrera de MotoGP. Vuelve la lluvia por un momento y el caos a la parrilla. Los pilotos se impacientan porque hay dos curvas que no están secas o da la sensación de que algo no cuadra ahí. Loris Capirossi se marca el récord absoluto en número de vueltas dadas sobre el Safety Car en sólo dos días. Se vuelve a repasar el circuito. Desde Dirección de Carrera dicen que está seco, que es sólo un reflejo. Total, que se reanuda la carrera media hora después de la estipulada como si no pasase nada. Porque "the show must go on", ¿a quién le importa la seguridad? Luego ya si eso nos pintamos unas lagrimitas y unos carteles bonitos y aquí no ha pasado nada.
El rookie
Por fortuna, el MOTOCICLISMO (sí, con mayúsculas) volvió a salvar los muebles a Dorna. Hemos empezado la temporada con algo que no estaba previsto en ninguna casa de apuestas. Mientras todos los focos tenían en el punto de mira a Maverick Viñales, las Ducati, a Marc Márquez, a Valentino Rossi, etc, alguien sobresalía del resto.
Johann Zarco se ha ganado con honores la medalla a la valentía. El doble veces campeón del mundo de Moto2 no ha subido de categoría sólo para pasearse. Con una Yamaha Tech 3 ha venido a MotoGP a hacerse notar todo lo que pueda sin importar a quien encuentre por el camino. Sabemos muy bien qué clase de pilotaje gasta el piloto francés. Fino y agresivo al mismo tiempo.
Seguramente los "fantásticos" de MotoGP lo tomaron por loco cuando Johann tuvo la osadía de liderar la carrera de ayer nada más empezar. Por favor, y ¡cómo las lideró! Menuda clase magistral nos dio a todos sobre cómo hay que ir sobre una moto de carreras. Creo que ningún amante (de verdad) del motociclismo se ofendió por ver al bueno de Zarco delante de nombres "ilustres". Lástima que la alegría sólo duró 5 vueltas. Pero ¡ojo! No subestiméis al francés, nos dará más de una grata sorpresa, apostad por ello. Este año la pelea por ser el mejor rookie va a estar más reñida que nunca.
A partir de aquí, carrerón espectacular de Maverick Viñales, que no iba a irse de Qatar sin también ganar la carrera, por si la pole o el liderato absoluto de todos y cada uno de los test de pretemporada no fuesen suficientes. Mack ha venido a Yamaha con mucha hambre, sin miedo y sin necesidad de dar explicaciones a nadie. La victoria en Silverstone el año pasado sobre la Suzuki sólo fue el primer aviso. Nuevos colores, nueva moto, nueva temporada, primer Gran Premio, primera victoria en Yamaha. ¿No os recuerda a alguien? Efectivamente, a su compañero de filas. Valentino también se estrenó en Yamaha con victoria en el circuito de Welkom en 2004.
A pesar de protagonizar una carrera brillante, Maverick no tuvo fácil la victoria del domingo. Un hueso duro de roer sobre una Ducati llamado Andrea Dovizioso tiró de potencia para no ponerle nada fácil la victoria a Maverick. Otro segundo puesto en Qatar para Dovi, que ya lleva 3 consecutivos en este circuito. Y con mérito añadido, se la jugó con neumáticos blandos, que aguantaron perfectamente el ritmo durante toda la carrera.
Podio para uno y 11º puesto para el otro. Jorge Lorenzo parecía tener todo de cara para conseguir un buen resultado también con la Ducati en el trazado de Losail, pero parece que aún no ha llegado el momento estrella del debut del mallorquín en su primera temporada fuera de la casa de los diapasones. Todavía es pronto para darle por perdido.
El milagro
Si hay un piloto que nunca decepciona, sea a las buenas o a las malas, ése es Valentino Rossi. El "nonno" de MotoGP no ha tenido la pretemporada deseada mientras su nuevo vecino de box lideraba todos y cada uno de los test. Los entrenamientos libres del jueves y el viernes tampoco dieron muchas esperanzas de ser el mejor inicio de temporada de Valentino, salvo por un detalle importante: "Rossi es de domingos". No lo digo yo, son palabras textuales de Maverick Viñales; afirmación que ha ido repitiendo a lo largo del fin de semana.
La primera carrera de la temporada 2017 pintaba ser un desastre total para El Doctor. Sin embargo, ese extraño reflejo que desconcertó a los pilotos en un primer momento con la aparición repentina de la lluvia minutos antes de la carrera resultó ser el talismán perdido de Valentino. Ese ritmo que no pudo encontrar en ningún cronometrado.
Un tercer puesto que sabe a victoria y con dedicatoria personal del piloto italiano hacia todos aquellos que llevan desde ya ni me acuerdo jubilándole forzosamente. Callar bocas es la especialidad de Rossi. Porque en su caso los milagros sí existen. Y no será el último que veamos de su parte. Valentino no piensa marcharse de MotoGP sin su ansiada décima corona y tras tres subcampeonatos consecutivos, es la hora. Con permiso de Maverick, Marc, las Ducati y compañía, por supuesto.
Para sorpresa el increíble paso adelante que han dado en Aprilia. Aleix Espargaró fue el gran tapado del domingo. Su estreno en Aprilia no podía haber tenido un inicio de temporada mejor, llegando a pelear con la Honda oficial de Dani Pedrosa por el quinto puesto y llegando a ser el mejor piloto privado de la carrera. Buen camino el que están siguiendo en las filas del Gresini Racing.
Y esto es sólo el principio...
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