Volver a creer, volver a soñar, volver a confiar y sobre todo, volver a ilusionar. Todo ello la misma pasión con la que comenzaron a disfrutar de las carreras, esa que les inundó lo más profundo de su ser al ver pasar las motos ante sus ojos y escucharon el sonido celestial de los motores rugiendo ante ellos. Vivir un sueño hecho realidad, es complicado; pero a base de esfuerzo, trabajo y superación es posible.
Nadie dijo que el comienzo fuera a ser fácil; al contrario, se encontraron miles de piedras y e inconvenientes por el camino. Pero todo depende de la ilusión y pasión que le pongas al proyecto, ese por el que tanto has luchado y has conseguido transmitir al resto de tu equipo toda la pasión y motivación que recorría por tus venas, caerse y errar está permitido, pero levantarse y persistir en la lucha por tu objetivo es obligatorio.Este es el caso de Aprilia; pese a regresar a la par al Mundial que Suzuki, su inicio fue mucho más complicado y desesperante de lo esperado. El hecho de entrar en una temporada en la que la normativa había cambiado radicalmente y Dorna había implantado una serie de ayudas a los nuevos equipos para hacer más fácil y rápida su adaptación a la categoría de MotoGP se le sumó unos problemas que no se esperaban. Estos eran tanto internos como externos, como son los problemas de motivación de un piloto y el simple hecho de ir a ciegas y haciendo una táctica de prueba error que hacía que desde la fábrica de Noale fueran a la desesperada.
Por una parte, los continuos problemas de adaptación y lo que es peor, de motivación, que tenía el piloto veterano, Marco Melandri. El italiano sabía, y reconocía claro que su sitio no era ese, sino que estaba en otro mundial que le había hecho que las ganas de competir regresaran a su cuerpo. Pero tenía que cumplir órdenes de equipo, era el piloto más carismático y querido de la marca en ese instante y era esencial para dar credibilidad al proyecto que se subiera al montura.
Por otra parte, Álvaro Bautista tuvo que hacer prácticamente el desarrollo de la moto solo. Aunque este no fue todo lo cómodo y factible posible, puesto que los problemas de entrega de potencia del motor, la baja potencia y fiabilidad de este y sobre todo, los continuos fallos electrónicos que tenía la montura, tan solo hacia retroceder en la evolución que dar un paso adelante.
Pero ahora Aprilia entra en una nueva etapa, viendo necesario una renovación al completo de sus pilotos. Es el momento de dar el paso definitivo, de empezar a aprender de los errores del pasado y sobre todo, de olvidarse de los problemas y buscar excusas innecesarias. En su tercer año en la categoría es el instante idóneo para demostrar de una vez por todas lo que son capaces de hacer. Su segunda toma de contacto en este proyecto fue en Sepang, donde se valoró positivamente todo el trabajo realizado, aunque reconocieron que debían de cambiar mucho las cosas para lograr brillar con luz propia y conseguir estar en las posiciones de cabeza en carrera, su gran problema en el pasado, puesto que fueron capaces de pasar a la Q2 el pasado año.
Retorno a la confianza con Aleix Espargaró
Todo en la vida son ciclos, unas veces estás arriba y otras estás abajo. Entre estos puntos se crean vínculos o círculos de desconfianza, de rechazo pero sobre todo de no sentirse querido en ese lugar que en un principio quiso que formases parte de su familia. Este es el caso de Aleix Espargaró, que pese verse rechazado por su anterior equipo; se levantó y alzó el vuelo, resurgiendo de sus cenizas y retomando la confianza y seguridad en él mismo, esa que muchos esperaban que perdieran y lo hizo fichando por el Aprilia Racing Team Gresini.
El piloto de Granollers continuó adelante con su adaptación a la RS-GP, una montura que debía de ser menos pesada con tal de facilitar su manejabilidad. Los de Noale llevaron cambios importantes en su motor V4, logrando así que a bajas revoluciones tuvieran más velocidad. Por ello, el español durante las tres jornadas de test en Sepang trabajo en el rendimiento del motor, el chasis y la estabilidad de este en la aceleración, valorando positivamente todas las mejoras introducidas, pero reconociendo que todavía les queda trabajo por delante.
El español dio menos vueltas comparado con el resto de sus rivales, pero pese a eso, dio un total de 125 giros, centrando la mayor parte del trabajo en hacer simulaciones de carrera. Los cronos registrados en esas condiciones fueron realmente alentadores y positivos, puesto que la mayor parte de las vueltas fueron entre el 2.01 y el 2.02.
Sam Lowes a contracorriente
La ilusión y pasión siempre están presentes en el inicio de un nuevo camino. Sam Lowes dejaba atrás su larga y complicada andadura en Moto2, en la que pese tener un material realmente competitivo, cometía demasiados errores y se iba al suelo al arriesgar demasiado, por lo que se esfumaban sus opciones de victoria.
El británico se está adaptando poco a poco a la categoría reina, en la que varia todos los puntos de frenada. Sepang ha sido su primera prueba de fuego, puesto que las altas temperaturas junto a la humedad han puesto a prueba a Lowes, que por suerte ha podido completar el programa de trabajo planeado y ha podido ir rebajando los cronos a medida que pasaban las vueltas.
Sam Lowes fue uno de los que más rodó en el complicado trazado malayo, en el que se adaptó a rodar en condiciones de mojado y en seco, pero sobre todo, comprobó el funcionamiento de su montura con distintas configuraciones y algunas mejoras significativas que traía el equipo italiano. Por una parte probó la mejora de motor y chasis; y por otra parte, cambió los puntos de frenado con tal de mejorar sus registros, cosa que hizo que cogiera más confianza. Sus cronos fueron realmente positivos, puesto que la mayor parte de estos fueron entre el 2.02 y el 2.03, cosa positiva teniendo en cuenta que fue su primera vez sobre una MotoGP.
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