Con el tradicional parón veraniego llegando a su fin, equipos y pilotos se preparan para afrontar la segunda mitad de la temporada. Con nueve Grandes Premios en el saco, hay datos más que suficientes para extraer conclusiones veraces y decidir qué rumbo seguir en la evolución de la montura.
Así, nos encontramos ante dos tipos de equipos: aquellos que trabajan sobre el prototipo actual para terminar el año de la mejor forma posible (donde podríamos encontrar a Honda o Suzuki) y aquellos que ya tienen la cabeza puesta en 2020. En este segundo grupo podríamos encuadrar a Ducati, necesitada de grandes modificaciones, pero de quien hablaremos hoy es de la también transalpina Aprilia.Un regreso complicado
La fábrica italiana, líder en las extintas categorías pequeñas de dos tiempos, decidió volver a la categoría reina del motociclismo en 2015. Con un proyecto en pañales y un piloto (Marco Melandri) empeñado en volver a WSBK, el debut de la marca resultó decepcionante. En 2016, con una alineación muy competente (Álvaro Bautista y Stefan Bradl), Aprilia dio un gran paso adelante, aunque insuficiente. En 2017 los resultados empeoraron, y la inestabilidad (con la marcha de sus dos pilotos y la llegada de Aleix Espargaró y Sam Lowes) comenzó a ser una característica propia del proyecto.
Los italianos depositaron todas sus esperanzas en 2018, con la llegada de Scott Redding (en sustitución de Lowes) y de un nuevo motor que prometía devolver a la RS-GP al Top10. Sin embargo, el renovado proyecto resultó ser un fiasco, con una tremenda falta de fiabilidad solo comparable a la del McLaren-Honda de Fernando Alonso. Espargaró, líder del proyecto, quiso dar un paso atrás, y en la segunda mitad de campaña decidieron comenzar a trabajar en la RS-GP 19, tomando la de 2017 como base.
Nuevos cambios, mismos problemas
Parecía que 2019 sería por fin el año de Aprilia. Los cambios dentro de la histórica estructura no fueron cosa menor. La sexta fábrica de la parrilla consiguió hacerse con los servicios de Massimo Rivola, recién llegado de Ferrari, como CEO del departamento de competición, lo que permitió que Romano Albesiano se centrase en el aspecto técnico.
Quién sabe si pecando de precocidad, no quisieron renovar a Redding, y decidieron firmar por dos años (toda una novedad en el equipo) al también italiano Andrea Iannone. Asimismo, Bradley Smith llegó de KTM para encargarse del equipo de pruebas. Por último, Aprilia fichó a dos nuevos jefes de equipo: Antonio Jiménez para Aleix y Fabrizio Cecchini para Andrea.
Con una plantilla muy cambiada, y unos test de pretemporada prometedores, Aprilia afrontaba 2019 como una fábrica competitiva. Sin embargo, su competitividad ha resultado ser una verdad a medias tintas. La mejora de la RS-GP es evidente, llegando a reducir la distancia con el líder en unos ocho segundos (de media). De la RS-GP 17 recuperaron la fiabilidad y la estabilidad en frenada, punto fuerte de la montura, y consiguieron reducir el consumo del propulsor.
Sin embargo, fieles a la geometría en V, los problemas de base permanecen y amenazan con convertirse en algo estructural. Los puntos débiles de la RS podrían resumirse en dos aspectos: balance de pesos y falta de tracción. Con toda la potencia en el régimen alto del motor, la relación de marchas es tremendamente corta, lo que convierte a la Aprilia en una moto crítica y muy física. Aunque en quinta y sexta velocidad no se quedan atrás, la gestión electrónica y la construcción del motor impide a los pilotos oficiales aprovechar la potencia a la salida de las curvas, perdiendo importantes décimas en cada vértice y acusando la picuda curva de potencia.
Esta falta de tracción se traduce en muchos problemas a una vuelta. Tanto es así que, entre ambos pilotos, suman 16 pasos por la Q1 (de 18 posibles), con Aleix clasificándose directamente para la Q2 en dos Grandes Premios. La contrapartida es que, al forzar menos en la salida de las curvas, la conservación del neumático es mayor, lo que les permite paliar en carrera las dificultades de los entrenos. Al menos, hasta cierto punto.
Objetivo 2020
Toda esta problemática ha pasado factura en un box cada vez más desesperanzado, con sus dos pilotos fuera del Top10 y a la cola de la clasificación de constructores. Los primeros cruces de declaraciones entre los pilotos del equipo no tardaron en llegar, con Iannone acusando a Aleix de "estar acostumbrado a la moto y no ver los defectos" de la misma. Asimismo, Antonio Jiménez tildó a la fábrica de "artesana" por su lentitud de respuesta.
Con pocas evoluciones (centradas fundamentalmente en el aspecto aerodinámico) y un basculante de carbono que no termina de convencer al jefe de filas, en Aprilia han decidido dar un volantazo y cambiar el rumbo del proyecto. Asumiendo el 2019 como la base de un edificio, los italianos ya piensan en 2020, para la cual están preparando una RS-GP "revolucionaria". Así lo aseveró Rivola en una reciente entrevista a GPOne.com: "Estamos en medio de un proceso de crecimiento y renovación que alcanzará su plena madurez el próximo año; los cambios importantes están por venir".
Por primera vez desde su vuelta a MotoGP, Aprilia tendrá estabilidad en sus filas, ya que en principio mantendrá los contratos de Espargaró, Iannone y Smith. Aunque las miras están puestas en la temporada que viene, la lucha por no ser la peor fábrica del año todavía está viva, con KTM a solo 11 puntos. Asimismo, si todo se alinea, Aleix podría mejorar la sexta posición, hasta ahora su mejor resultado a lomos de la RS-GP.
No cabe duda de que, en otros tiempos, el salto adelante dado por Aprilia hubiese servido para estar entre los diez primeros de la tabla. Sin embargo, estas mejoras han llegado en la era más igualada de la historia de MotoGP, con 15 pilotos en apenas un segundo. Las fábricas deben esforzarse al máximo para construir prototipos competitivos, y la falta de experiencia parece estar resultando clave. Su rival directo, KTM, ha incorporado en sus filas a los campeones del mundo Dani Pedrosa y Johann Zarco, reforzando su estructura con el Tech3 como equipo satélite. Sin ningún género de duda, la lucha por no ser la peor marca del 2020 será la más reñida de los últimos años.
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