Una vez llegados al parón veraniego, es momento de echar la vista atrás para hacer balance. Al ver la clasificación general tras los 8 primeros GG.PP., reparamos rápidamente en dos cosas: las buenas posiciones de los pilotos Yamaha pese a sus problemas técnicos y, por otro lado, la mala actuación de Aprilia.
El equipo de Noale, propiedad del expiloto Fausto Gresini, ha brillado por su ausencia en el Top10, al cual Aleix Espargaró parecía estar abonado la temporada pasada. Este año se esperaba mucho de los italianos, especialmente por la buena y rápida adaptación demostrada por Aleix en el 2017 y por la llegada al equipo de Scott Redding, quien acudió en sustitución de su compatriota Sam Lowes.Con el piloto más joven en ganar un GP (15 años) como compañero de uno de los pilotos más consolidados en la categoría reina, las expectativas sobre Aprilia eran altas. Por si fuera poco, Aprilia decidió reinventar su motor por completo, apurando al máximo su fabricación (el propulsor no estuvo listo hasta la primera cita del calendario) para darle a Espargaró la potencia que este pedía.
La pretemporada no fue mal, y Aleix se mostraba encantado con la nueva RS-GP 2018: "Esta es una moto fantástica que va muy bien con mi estilo. El año pasado fue muy bien, y junto a Romano Albesiano [el director técnico] y los demás ingenieros, hay muy buena comunicación". Redding, pese a recalar en Aprilia un tanto contrariado (dejó claro en más de una ocasión que él quería quedarse en Ducati, la moto a la que mejor se adaptó en MotoGP), puso todo lo que estuvo en su mano para sumar en positivo al proyecto, llegando a perder 5 kg durante el invierno para encajar mejor en la estrecha montura italiana. El objetivo de los pilotos de Gresini era mantenerse dentro del Top10 e, incluso, "estar ocasionalmente entre los cinco primeros".
Sin embargo, el golpe de realidad fue duro. Con las prisas y los cortos plazos de entrega, el propulsor de Aprilia carece de fiabilidad, recordando al McLaren-Honda de Alonso. Entre sus dos pilotos, el equipo de Gresini suma 6 abandonos en solo 8 carreras. Las roturas y los fallos mecánicos se volvieron habituales en la fábrica transalpina, recayendo la mala suerte en el lado de Aleix más que en el de Scott (quien suma dos abandonos frente a los 4 de Espargaró).
En Jerez, el piloto catalán terminó por estallar contra la fábrica italiana al quedarse tirado en la primera vuelta de una carrera en la que podía haber luchado por el podio. "Estoy más triste que nunca. Esto es una fábrica e igual que si yo hiciera en cada carrera el 18 o el 15, el equipo estaría enfadado conmigo, pues ellos tienen que hacer su trabajo y entender qué pasa, porque es inadmisible. Me noto muy bien con esta moto, a nivel físico y a nivel de todo. Mejor que nunca en mi vida, creo que podemos estar todas las carreras luchando por el top seis o el top ocho sin problema, pero siempre tenemos un problema u otro". "De cuatro carreras en tres se ha roto el motor, así que difícil ser más positivo. Para un piloto es muy difícil no acabar, porque es muy complicado coger ritmo o mejorar; al final en las carreras mejoras y aprendes muchísimo más que en los entrenamientos", añandía Aleix enfadadísimo. El catalán llega al verano con 4 abandonos, una carrera sin disputar (en Alemania pasó el domingo en el hospital después de sufrir una fuerte caída en el Warm Up) y solo dos pruebas terminadas dentro del Top10, con un 9º puesto como mejor resultado. Aleix marcha 18º en la general, con 16 puntos.
A Redding tampoco le ha ido mucho mejor, sin acabar de encontrarse a gusto sobre la RS-GP. Pese a terminar la mayor parte de las carreras que disputó y haber puntado en cinco de ellas, el inglés dijo en Assen (7ª cita del campeonato) que había disfrutado encima de la moto por primera vez en toda la temporada. Redding, con dos duodécimos puestos en Austin y Catalunya como mejores resultados, marcha 20º (de 24 pilotos, sin contar los wildcards) con tan solo 12 puntos, viéndose superado por rookies como Syahrin o Morbidelli y por ambas KTM.
Gresini y su equipo atravesó el lío que supone el mercado de fichajes sumidos en el caos más profundo, protagonizando uno de los peores inicios de temporada desde su debut en 2015. Pese a todo, Aleix Espargaró decidió renovar hasta 2020 con los de Noale, demostrando su compromiso con el proyecto. "Tengo un único objetivo, una obsesión: llevar a la RS-GP al podio", declaró un "feliz" Espargaró.
Sin embargo, al otro lado del box las cosas no fueron tan bien. El arranque de Redding no fue todo lo brillante que se esperaba, y agotó la paciencia de los mandamases italianos (los cuales irónicamente no se caracterizan precisamente por su paciencia en lo que a resultados se refiere). Así, si el año pasado despedían a Lowes en su primer año en MotoGP por sus numerosas caídas, en 2018 decidieron no renovar a un Scott Redding totalmente involucrado en el desarrollo de la RS-GP 2018. La decisión no fue del agrado del inglés, quien en dos años pasa de pilotar una Ducati con apoyo de fábrica a verse prácticamente fuera del campeonato. Sin embargo, Redding no se vino abajo, bromeando en sus redes sociales acerca de si está preparado para ser piloto probador o pidiendo retweets para ocupar el segundo asiento del SIC Racing. Aprilia decidió fichar a Iannone, huérfano de equipo tras la firma de Mir con Hamamatsu, y en el paddock ya se conoce a la escuadra italiana como la enterradora de carreras. Sin duda alguna, el aspecto humano es una de sus tareas pendientes.
Este parón en el ecuador de la temporada ha de servir para revitalizar los ánimos y las ganas de unos pilotos cuya moral se ha ido resquebrajando carrera a carrera. Aprilia es una de las fábricas que más empeño está poniendo por mejorar, realizando numerosos test privados. Aunque las posiciones de honor están lejos y toda opción a realizar una buena actuación en el cómputo general está perdida, Aprilia sigue trabajando para poder plantar cara al resto de fábricas de MotoGP.
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