En el caso de Suzuki, pocas dudas quedaban. Después de una mejora notable en el segundo test en Sepang, donde estrenaron una nueva electrónica, tanto Aleix Espargaró como Maverick Viñales ya tienen lista su Suzuki GSX-RR. En Losail ambos trabajan sobre el software definitivo de la centralita y por ende en la electrónica y en el control de tracción. En ese aspecto, las únicas pruebas de piezas nuevas que realizará el equipo dirigido por Davide Brivio en el desierto de Doha tendrán que ver con algunos retoques en el carenado. Sin embargo, como decimos, el arma de Suzuki en su regreso a MotoGP está lista, para bien o para mal.
Más complicado
Aprilia tenía una elección más difícil. Durante el test 'Sepang 2', la marca de Noale probó una nueva variante de la RS-GP. De esta forma, pilotos y técnicos tenían que decidir que montura daba más opciones de desarrollo, tenía un mejor rendimiento y sobre todo, era más efectiva. Tras evaluar las distintas opciones, tanto Álvaro Bautista como Marco Melandri se han decantado por la 'opción 1'. En términos del equipo, esta moto es la que se utilizó en el test de noviembre en Valencia. Por tanto, los pilotos han preferido el primer prototipo de la RS-GP antes que el estrenado en Malasia.
Por ello y aunque en Losail se centrarán en trabajar sobre el control de tracción y la electrónica, para intentar paliar uno de los puntos débiles de la RS-GP, la salida de las curvas, el equipo llega al test con su RS-GP definitiva. A partir de aquí se trabajará en un desarrollo continuado en una moto que en el fondo tiene la base de la ART del año pasado. El siguiente paso para Aprilia será desarrollar un prototipo nuevo de cara a 2016, el año en el que en un principio iban a entrar a MotoGP. Todo esta temporada es un test en sí misma, sin importar los resultados.
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