El circuito de las Américas ha propiciado que el Mundial vuelva a comenzar. Bien es cierto que las primeras carreras son para hacerse una idea de donde está cada piloto y equipo, en las que ponen a prueba sus monturas en distintos escenarios y condiciones. Por ello, se considera normalmente que el Mundial inicia su andadura definitiva en la gira europea.
No por ello deja de ser insignificante los resultados obtenidos en el periplo qatarí y americano, puesto que si hay alguna cosa que es habría que prestarle atención es la paridad entre monturas, pese a que las diferentes situaciones que se han vivido en cada trazado, han permitido perfilar lo que puede suceder en esta temporada.Austin es un trazado que se asemeja a una montaña rusa, tanto física como emocional, como se puede evidenciar en los continuos desniveles que hay en la pista, o con una trazada muy sinuosa que hace que los pilotos vayan dando giros sin rumbo durante buena parte de la vuelta, poniéndoles al límite desde el comienzo. Por ello, durante todo el fin de semana vimos a varios pilotos viéndose superados por la compleja situación o retomando el vuelo que parecía cortado por los vaivenes de la temporada.
En su circuito talismán, Marc Márquez volvió a hacer historia. El de Cervera se encontraba cómodo desde el inicio del Gran Premio, en el que no dudó en poder seguir volando en territorio americano, haciendo de Austin su particular rodeo. El español se reencontraba así con la victoria, esa que desde la pasada temporada no lograba.
Pero Austin era sinónimo de reapariciones por todo lo alto. Durante muchos años se le ha considerado como uno de los cuatro fantásticos pero siempre estaba en un segundo plano. Esta vez Dani Pedrosa volvía a reencontrarse consigo mismo, marcando unos ritmos competitivos en las simulaciones y sobre todo, haciendo que una Honda que no podía ser controlada con su brusca entrega de potencia, pudiera mantener el control en la parte más revirada del trazado y no distanciarse más de su compañero de equipo. El español pudo ponerse en cabeza de carrera e intentar tirar, perseguido por su compañero de equipo, pero tras una tensa disputa, veía como se iba quedando rezagado.
Por su parte, Valentino Rossi mostraba sus credenciales a la lucha por el título desde la clasificación, esa que nunca se le da del todo bien, y es que, no hay que olvidarse que la gallina vieja de MotoGP, a pesar de que en algún momento les pese los años, sigue estando en perfecto estado de forma. El italiano pudo mantener dos tensas disputas, una con Johann Zarco que pese a echarle de la pista, recibió un sanción que no influyó en el resultado final y otra con Pedrosa en los últimos compases de la carrera, poniendo al español en varias intentonas contra las cuerdas.
En cambio, Maverick Viñales vio como el rodeo de COTA pudo con él. Pese a salvar durante todo el fin de semana las caídas, en la carrera tras realizar una mala salida, en pleno proceso de remontada se iba al suelo, viendo expirar así todas las opciones de victoria y ante todo, entregando el liderazgo a su compañero de equipo. El de Roses se marchaba de Estados Unidos enfadado, puesto que no tan solo se había ido al suelo, sino que también, ponía fin a una racha de más de 18 carreras consecutivas en la zona de puntos.
En Ducati las cosas variaban un poco y a mejor. En un trazado en el que es preciso tener un chasis con buen paso por curva, y por tanto que sea ágil, lograron reencontrar el rumbo que parecía haber perdido. Por una parte, Andrea Dovizioso conseguía volver a competir a un ritmo competitivo, pero ante los medios de comunicación ya instaba al equipo a pensar de cara al futuro a largo plazo, es decir, que piensen en la montura del próximo año porque con esta tienen mucho trabajo por hacer. Mientras, Jorge Lorenzo pese a pasar por la Q1 encontró la formar de poder volver a estar en las posiciones de cabeza. Pese a que realizó una buena salida, el piloto de la firma de Borgo Panigale no consiguió mantenerse en posiciones de la lucha por la victoria, cayendo poco a poco al fondo del top 10. Sin embargo, el español se marchaba con buen sabor de boca tras un fin de semana en el que poco a poco ha ido encontrando la luz al final del túnel.
En cambio, KTM, Suzuki y Aprilia tuvieron un fin de semana negro. El primero de ellos veía como los pilotos no llegaron a puntuar, puesto que Pol Espargaró tuvo que retirarse en los primeros compases por una rotura de motor y Bradley Smith finalizó a más de 10 segundos de la zona de puntos. Por su parte, Suzuki se iba con un sabor agridulce, puesto que Iannone lograba batallar por las posiciones del top 8 y Alex Rins se iba al suelo lesionándose el cúbito y el radio del antebrazo izquierdo, siendo duda de cara a las próximas carreras. Por último, Aprilia pese a dar un paso adelante en las anteriores carreras, sus pilotos se veían perjudicados por continuos fallos en sus monturas, siendo imposible poder sacar adelante un Gran Premio que comenzó mal.
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