Enea Bastianini se ha despedido del Gran Premio de Catalunya por todo lo alto. Después de hacerse con la pole en el día de ayer, el italiano ha sido el primero en ver la bandera a cuadros tras una prueba, donde las caídas en el grupo de cabeza han sido decisivas.
Sin embargo, una vez el semáforo se apagaba, era un Jorge Martín que arrancaba tras el piloto del Leopard Racing quien cogía la cabeza de carrera, para comenzar a abrir hueco entre él y el resto de hombres de la categoría, llevándose consigo a Suzuki.El español firmaba un comienzo de carrera con el que se podía permitir lucirse mientras que el hombre que arrancaba desde la pole, se quedaba rezagado en medio de un grupo en el que hasta 10, fueron los pilotos que se encontraron en él con la intención, de luchar por el tercer escalón del podio.
Con el piloto del Gresini Racing tirando como un loco, el resto de hombres veían cada vez más lejana una victoria a la que, a su vez, Martín se iba acercando a la par que abría una ventaja que llegó a rondar los 2.5 segundos. Pero no todo iba a salir a pedir de boca para él.
Fue llegar Bastianini a la cabeza del grupo perseguidor y, con el italiano al frente, la distancia entre ese grupo y el líder de la prueba comenzaba a reducirse, llevando a Martín a un límite que le salió caro.
A pesar de rodar con total comodidad e imponiendo un gran ritmo frente al resto de rivales, el pupilo del Gresini se iba al suelo a 13 giros para el final, sumando el que ha supuesto el tercer cero del año para él y abriendo también, una brecha de caídas que han determinado la carrera.
Además, una vez el español desaparecía de la escena, con su ausencia, dejaba a la merced del resto de hombres el destino de un Suzuki que, una vez ha perdido la referencia del dorsal número 88, apenas ha tardado un giro en caer dentro del grupo que venía rodando por detrás de ellos.
Tanto es así, que a falta de once vueltas para el final, 'La Bestia' cogía el mando de la carrera aunque, sin embargo, el italiano no era capaz de romper un grupo donde, una vez más, los rebufos jugaban un papel fundamental.
En una sucesión constante de adelantamientos donde nadie renunciaba a nada y menos, estando la victoria en juego, llegaba la primera caída multitudinaria a seis vueltas para el final en la cual, se veían involucrados Arenas, Canet y Bulega.
El choque, llegó tras una maniobra en la que el piloto del Angel Nieto Team trataba de meterse por el interior, tocando a Canet, llevándose también este consigo aunque de forma totalmente involuntaria, al hombre del SKY Racing Team.
En un grupo cada vez más reducido y no precisamente porque algún piloto destacase entre el resto, los errores fueron los verdaderos protagonistas teniendo además un precio muy caro a lo largo de una prueba donde, de nuevo, la incertidumbre reinó hasta el final.
Tan solo dos giros después de esa caída, llegaba un nuevo fallo. En esta ocasión, el error llegaba de la mano de un Jaume Masiá que terminó la prueba con la vuelta rápida. El español, perdía el control de su KTM y con él, se llevaba puesto a Migno.
De este modo, dentro un grupo inicial en el que hasta diez fueron los hombres que se encontraban en él peleando por el triunfo, el número de pilotos que quedaron terminó viéndose reducido a cinco: Bastianini, Bezzecchi, McPhee, Rodrigo y Suzuki.
La estrategia, le salió redonda a un Bastianini que encaró el último giro ya en la primera posición, privando a todos sus rivales de la opción de dar cuenta de él, a pesar de que Rodrigo lo intentó hasta el final.
Sin embargo, el argentino, que se estreno en el podio de la clase pequeña con su tercera posición, fue el gran damnificado de la lucha ya que, una vez cayó la bandera a cuadros, perdió la segunda plaza por tan solo 3 milésimas, dejándola en manos de un Bezzecchi que sale de Montmeló todavía más líder del Mundial, principalmente, gracias al fallo de Martín.
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