Para ponernos en situación, hay que recordar que en la actualidad el Circuito de Jerez es de propiedad pública a través de una empresa derivada del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Sin embargo, esta situación se remonta a mediados de 2012 y el supuesto delito data de fechas anteriores, cuando el trazado estaba gestionado por una empresa privada. Según los primeros datos y tras realizar una serie de registros, revisiones de documentación y hablar con los responsables del trazado en ese momento, se ha llegado a la conclusión de que podría haber una doble contabilidad derivada de la venta de entradas.
Según las primeras explicaciones y remarcando que todavía queda un largo proceso de investigación, parte de la recaudación de las entradas de pelousse podría haber sido defraudada gracias al menor control que hay para este tipo de entradas en cualquier evento, ya que carecen de numeración. Sea verdad o no, de momento tendremos que esperar a la resolución de la Agencia Tributaria para ver si este caso se lleva a la vía judicial, aunque varios trabajadores hablan de doble contabilidad, doble impresión de entradas e incluso que el dinero salía del trazado en bolsas de basura, por lo que lo lógico es pensar que el caso se llevará a tribunales.
Periodo muy amplio
Teniendo en cuenta que la empresa Gestión Circuito de Jerez (GCJ) realizó esta labor en un periodo comprendido entre los años 1996 y 2011, la cantidad defraudada si se confirma toda esta trama podría ser de varios millones de euros ya que el proceso a seguir era reducir el número de asistentes que compraban entradas en pelousse en los datos oficiales, para así guardarse parte de la recaudación.
Por último, cabe destacar que el administrador único de GCJ era José Ramón García en su rol de ex director del circuito, mientras que Carmelo Ezpeleta era apoderado. Veremos en qué termina todo esto, pero a decir verdad huele tan mal como las presuntas bolsas de basura utilizadas.
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