Mika Pérez es un piloto español de 19 que actualmente participa en el Mundial de Supersport 300 en el Campeonato del Mundo de Superbikes. Sus primeros pasos notables fueron en el campeonato de la Cuna de Campeones, la escuela de pilotos del Circuit Ricardo Tormo de la que han salido muchas estrellas como Jorge Martín o Marcos Ramírez, ambos de su quinta que ahora están en Moto2 y Moto3, respectivamente.
Tras esa etapa, pasó en 2013 a formar parte de la parrilla de la European Junior Cup, una copa de promoción lanzada en WorldSBK para los más jóvenes en la que todos corrían con una Honda CBR500R, mientras que Mika también estuvo en las pruebas finales de selección de la Red Bull Rookies Cup dos años, pero desafortunadamente sin éxito. Su primer año en la EJC terminó vigesimoquinto, siendo su trayectoria una montaña rusa, pero con final feliz.En 2014 acabó sexto, pero en 2015 decimoctavo. Al año siguiente vinieron las buenas noticias: Pérez se proclamó campeón de la European Junior Cup en la última temporada que estaría este certamen en Superbikes, ya que apareció una nueva categoría llamada Supersport 300. Mika participó en 2017 en la temporada inaugural del campeonato con el equipo WILSport Racedays sobre una Honda, que le llevó hasta el podio en la primera carrera celebrada en Aragón y a las victorias de Donington y Misano, finalizando cuarto en la general.
2018 supondría un año de cambios por un lado, ya que permanecería en la misma categoría pero cambiando de equipo y de moto: pilotaría una Kawasaki Ninja 400 del ParkinGO Team. Sin duda, estas motos han sido la gran sensación del año, teniendo una gran superioridad en todas las carreras. De nuevo el de Altea subió al podio en MotorLand, pero no todo sería buenos sabores de boca, ya que tuvo malos momentos como la caída en Assen mientras lideraba la carrera y la caída en Brno en la Superpole, donde sufrió una contusión cerebral y no pudo correr el domingo.
No obstante, el piloto español ha podido cerrar el año positivamente, ya desde antes de la pausa de verano clasificó segundo en Misano, y dos meses después pisó el mismo cajón en Portimao. Sin embargo, en Magny-Cours tendría mucha presión por el título que aún estaba en juego junto con Scott Deroue y Ana Carrasco, la finalmente Campeona del Mundo por tan sólo un punto de diferencia respecto a Mika, que terminó segundo en la última cita del año ganada por Dani Valle prácticamente en el último giro.
Pregunta. ¿Cuál fue su primera impresión sobre el campeonato de Supersport 300 cuando supo que competiría en la primera edición a nivel mundial?
Respuesta. Bueno, la verdad es que tuve mucha ilusión desde el primer momento que lo supe. Pasar del Europeo al Campeonato del Mundo fue un paso muy grande en mi carrera, y tenía muchas ganas de que empezara para poder medirme con pilotos de talla mundial.
P. ¿Qué diferencias más notorias existen entre la Honda y la Kawasaki? ¿En cuál te sientes más cómodo?
R. La Kawasaki y la Honda son motos muy diferentes. En primer lugar, hay que decir que la Honda te permitía llevar un paso por curva muy elevado, pero, al pesar alrededor de 15 kilos más que las demás, penalizaba mucho la aceleración y la frenada. En cuanto a la Kawasaki, es mucho más potente y con mucha más aceleración, con esta moto demostraba ser más competitivo que con la Honda por lo que desde el primer momento me encontré mucho más cómodo.
P. El pasado año acabó cuarto en el mundial con dos victorias en su casillero, ¿con qué expectativas comenzó la temporada 2018?
R. La expectativa para 2018 era clara: ganar el título mundial. Después de que en 2017 consiguiéramos estar delante peleando por victorias durante todo el año y cambiar a una marca mucho más competitiva como Kawasaki, hacía que nuestras expectativas fueran altas. Por desgracia, la estructura en la que estuve era muy modesta, no teníamos los medios necesarios para afrontar la temporada, así que tuve que entrenar más duro que nunca para poder estar delante.
P. ¿Cuál podría decir que es el trazado que más se adapta a su estilo de pilotaje?
R. Hay muchos trazados que me gustan mucho y que consigo tener un buen feeling rápidamente con la moto. Pero si me tuviera que quedar con alguno sería Misano, ya que la combinación de curvas rápidas y lentas hace que puedas demostrar tu verdadero potencial y además allí he podido conseguir muy buenos resultados en los últimos años.
P. Ha cerrado muy bien el año con tres segundas plazas consecutivas en Misano, Portimao y Magny-Cours, pero, ¿con qué fin de semana se queda en cuanto a sensaciones?
R. Personalmente creo que el fin de semana de Magny-Cours fue uno de los mejores de todo el año, trajimos alguna mejora en la moto que hizo que fuéramos competitivos enseguida. Me sentía fuerte tanto de ritmo como en la frenada, que es lo más importante en la categoría de Supersport 300. Desgraciadamente, a pesar que hicimos una gran carrera, no pudimos llevarnos el título.
P. Ya es la segunda vez que ocurre en Supersport 300 el hecho de que se decida el título por un punto, ¿cómo describiría eso?
R. Está claro que esta categoría es la más igualada del Mundial de Superbikes, las carreras son frenéticas y no se deciden hasta la última vuelta, por lo que es normal que la igualdad de puntos sea máxima.
P. También ha competido en Stock600 del RFME CEV con unos resultados positivos, ¿con qué se queda de esa experiencia?
R. La verdad es que me he encontrado muy bien con la Stock 600 en aquellas dos carreras. A pesar de no tener la experiencia necesaria, conseguimos demostrar que podíamos estar delante y tengo muchas ganas de dar el paso a 600.
P. ¿Qué puedes contar sobre tu participación en el campeonato BMR 600 de Baréin?
R. ¡Os puedo contar que me fue muy bien, la verdad! Recibí la invitación de un sponsor y no dudé en ir a correr en un circuito tan impresionante como el de Baréin. Pude conseguir las dos victorias así que el balance fue muy positivo.
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