Temple, inteligencia y personalidad. De nuevo, las máximas habituales de Johan Zarco fueron suficientes para que el francés conquistara el Gran Premio de Catalunya, por delante de un Alex Rins que terminó segundo y asaltando el liderato de la categoría en detrimento de Sam Lowes, que sólo pudo ser sexto. El último cajón del podio lo ocupó Nakagami tras completar una brillante carrera.
Sin embargo, las muecas contrariadas y la atmósfera de resignación por la pérdida de Luis Salom predominaron antes y después de la carrera. La procesión iba por dentro y en esta ocasión también por fuera, ya que numerosos pilotos no dudaron en exhibir las siglas y el número -LS 39- del malogrado piloto mallorquín. En el podio, Zarco, Rins y Nakagami se unieron en el dolor bajo los acordes de La Marsellesa. "El mexicano" estaba presente.En los primeros compases de la prueba se vislumbró lo que sería la tónica habitual de la carrera. Zarco, Rins y Luthi se escaparon del resto con celeridad, mientras Álex Márquez sorprendía situándose cuarto y ocupando la cabeza del segundo grupo compuesto por Syahrin, Nakagami y Lowes. El inédito trazado tuvo a la nueva chicane como protagonista para bien y para mal, ya que fue la aliada de Rins para adelantar a Zarco en las primeras vueltas y ponerse como referencia de carrera , y se convirtió en un callejón estrecho en muchos momentos debido a la inexperiencia en ese punto por parte de los pilotos. Entre ellos, Corsi y Baldasarri, que acabaron saliéndose del mismo tras colisionar entre ambos.
Una tormenta perfecta llamada Zarco
Rins cogió la batuta y empezó a rodar rápido, con Zarco a rueda suya analizando cada trazada del barcelonés, a la vez que Luthi se alejaba más y se iba quedando en tierra de nadie. Por detrás, parecía que por fin era el día de Márquez. El de Cervera se mostraba con mucha confianza y poco a poco iba recortando décimas con el suizo, aunque la mala suerte se volvió a cebar con él y el asfalto volvió a ser su destino, como es habitual esta temporada.
Nakagami cogió el testigo del español y tras superar a Syahrin puso su objetivo en Luthi. Al mismo tiempo, Sam Lowes no lograba sacar el máximo rendimiento de su Kalex y veía como su liderazgo del campeonato tenía las vueltas contadas. Las mismas que Rins, ansioso por dedicar el triunfo a su amigo Salom, tenía por delante si no cometía ningún error fatal. Sin embargo, las gomas y el ritmo del español decrecieron y a falta de siete vueltas la veteranía de Zarco hizo el resto pasando a Rins con facilidad. Y es que cuando el francés se pone manos a la obra es una empresa más que complicada.
Las últimas vueltas sirvieron para comprobar la superioridad de Zarco alejándose cada vez más de Rins y para que Nakagami se colara en el podio en lugar de un decepcionante Luthi. Una nueva victoria de Zarco y un nuevo liderato, el de Rins, pero nada que celebrar. En sus mentes, la sonrisa eterna de Luis Salom.
Por: Pablo García-Denche Díez
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