Si bien 23 puntos en la general desaniman al piloto de HRC, a cinco días de una de las pruebas más críticas de la temporada, Jorge Lorenzo asegura una evidente mejora en el box japonés en términos de ritmo y planificación. Con estas premisas, el #99 aterriza en Tailandia con una dosis de motivación a pesar de su vigésima plaza en el circuito aragonés. "Durante los entrenamientos demostramos que nuestro ritmo está mejorando y el objetivo para Tailandia es explotar ese potencial" apuntaba en el comunicado oficial.
De esta manera, el piloto mallorquín plantará cara a la cita de Buriram con sus mejores armas, zanjando a su vez el mal recuerdo obtenido en 2018 tras la caída en los entrenamientos, la cual obligó al #99 a ausentarse en carrera. "Hace un año no tuvimos el mejor de los fines de semana en Tailandia, al sufrir una gran caída que me impidió participar en la carrera" agregaba el mallorquín. En esta línea, el piloto de Honda asegura establecer el próximo fin de semana un punto y aparte en su memoria, dejando así paso a la probabilidad de implantar un resultado favorable en el asfalto tailandés. "Tengo ganas de correr en ese circuito, donde ya vimos el año pasado con Marc que la Honda RC213V va fuerte" confesaría el #99.El balear, que presenta una decimonovena posición en la tabla clasificatoria, confía plenamente en la labor del garaje japonés. "Después de un Gran Premio difícil en Aragón, espero que podamos tener un buen fin de semana". De esta manera, Jorge Lorenzo llega a Buriram, un escenario donde intentará ingresar sin dificultades en el Top10 de la categoría reina.
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