Siempre se ha dicho que el Mundial de motociclismo es la máxima expresión del desarrollo de los fabricantes, que participan en él, un banco de pruebas para el futuro de las motos de calle, un sitio donde muchas marcas quieren estar presentes y ser notorias ante los millones de aficionados y patrocinadores que ven las carreras en el mismo circuito o desde casa. Claro está que la fórmula más efectiva para ganar prestigio pasa por ganar todo lo que se pueda.
Esta batalla tecnológica, históricamente presente en la categoría reina, se ha ido trasladando a menor escala pero con una intensidad cada vez mayor a Moto3. Dos contendientes (cuatro si se tienen en cuenta a Mahindra y a Peugeot), el icónico gigante japonés Honda y la pequeña pero solvente KTM, gran galardonada en los primeros años de existencia de la categoría de Moto3, pugnan desde 2014 por un único objetivo: el campeonato del mundo. Ambas marcas se han repartido los entorchados desde ese año, pero todos los campeonatos desde entonces han tenido en común un aspecto: la lucha final por el cetro mundialista siempre ha tenido a un miembro de KTM y a otro de Honda.
Márquez (Honda) y Miller (KTM) en 2014, Kent (Honda) y Oliveira (KTM) en 2015, Binder (KTM) y Bastianini (Honda) en 2016... Una muestra de la igualdad de mecánicas que impera en la categoría pequeña. Con un 2-1 a favor de los japoneses, 2017 promete una férrea lucha entre los dos gigantes. El primer asalto, pero, se lo llevó Honda, y por KO. Andrea Migno, sexto, fue la primera KTM clasificada, detrás de un quinteto de Honda, que dominaron la prueba con autoridad. Si se compara el resultado del 2017 con el de la temporada pasada, KTM, en 2016, fue capaz de situar a dos de sus motos en el Top-5. El pasado domingo, ninguna de sus motos fue capaz de terminar en esas posiciones en la clasificación final.
Fuga de talentos
Varias son las posibles razones de este rendimiento tan discreto de la fábrica austriaca. La marcha de sus pilotos insignia la temporada pasada, como fueron en 2016 Brad Binder (ahora en Moto2), Fenati y Mir (ambos con Honda en 2017), ha obligado a KTM a buscar refuerzos para cubrir la fuga de talentos. Niccolò Antonelli, en el Red Bull KTM Ajo es el principal y unos renovados Bulega, Migno, Guevara o Bendsneyder y el sorprendente rendimiento de Marcos Ramírez son las bazas de cara a esta temporada, pero la mayoría de ellos, especialmente Antonelli, carecen, a priori, del potencial para enfrascarse en la lucha por el Mundial, a la vista de su historial en el Mundial, donde a la mayoría les ha faltado regularidad para aspirar a cotas mayores. Además, varios de los pilotos de la fábrica austriaca, especialmente el recién llegado Antonelli, se han dado de cruces con la realidad de la KTM, una moto con un potencial difícil de explotar, que requiere de una puesta a punto muy precisa para llegar a ser competitiva y luchar de tú a tú con una Honda más equilibrada.
El pasado fin de semana Joan Mir, ganador de la cita inaugural y piloto de KTM la temporada pasada, dio en el plató de Movistar+ algunas de las claves sobre el porqué del gran rendimiento de los pilotos de Honda en relación a los KTM. "Con la Honda se puede ser más agresivo que con la KTM. Además, con la Honda eres capaz de sentirte cómodo nada más lanzarte a la pista, cosa que con la KTM costaba bastante, aunque al final tenía mucho potencial", describió el joven piloto balear. De este razonamiento se pueden extraer varias claves del porqué pilotos como el propio Mir o Fenati, ambos con KTM la temporada pasada, han sido más competitivos que los pilotos de la fábrica austriaca.
Antonelli es el ejemplo de manual para reflejar la situación de KTM. El italiano, un piloto habitual de Honda en las últimas temporadas y ganador en Qatar la temporada pasada, está sufriendo mucho por este aspecto. El rápido pero irregular piloto del Red Bull KTM Ajo no ha perdido el talento que posee, pero la moto austriaca requiere un trabajo importante en la puesta a punto, algo no tan necesario con la Honda. Otro ejemplo de la irregularidad de la KTM se observa en el rendimiento en carrera de Bulega, uno de los hombres más fuertes de la pretemporada y candidato al Mundial, quien no pudo pasar de una decepcionante décimo cuarta posición en Qatar.
¿Una cuestión de desarrollo?
Como se ha mencionado con anterioridad, 2017 es un año de revolución en KTM. La entrada en Moto2 y MotoGP supone, para una fábrica no tan poderosa como las japonesas, un desembolso de dinero y de capital humano importante. Claro está que la intensidad en el desarrollo de la Moto3, ahora que KTM tiene tantos frentes abiertos, ya no es la misma, mientras que en Honda, una fábrica con mucha más capacidad de evolución, el trabajo ha aumentado, y de cara a 2017 han presentado una revisión de su moto que está gustando a muchos de sus pilotos., como así muestran los resultados tanto en pretemporada como en la primera carrera. Sin ir más lejos, equipos de referencia como el Leopard Racing han apostado por Honda tras una temporada difícil con KTM, y en la primera carrera fueron capaces de ganar.
Todavía es pronto para emitir un juicio definitivo. A una marca con la trayectoria de KTM no se la puede ni debe dar por muerta tras haberse disputado únicamente la primera carrera. Además, la presencia de la lluvia, la cancelación de una jornada de trabajo y las malas condiciones de la pista el día de la carrera impidieron ver el potencial real de todas las motos. Lo que sí es cierto es que el inicio de temporada no ha sido el esperado para la marca campeona del mundo. En Argentina, un circuito totalmente distinto al qatarí, varias de las dudas que dejó en el aire el primer gran premio seguirán descifrándose.
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