Después de completar en total 25 vueltas en la primera jornada de test en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, Marc Márquez terminó como el segundo piloto más rápido, a tres décimas del más rápido del día, Maverick Viñales. El actual Campeón del Mundo, que el domingo se fue al suelo y volvió a lastimarse el hombro, terminó muy satisfecho después del primer día, aunque aún queda trabajo por hacer en la nueva Honda.
Márquez tuvo tres motos en su box para probar: la que ha estado usando en los últimos grandes premios, y dos motos de 2019. La primera de éstas ya la probó en los test de Aragón, mientras que la segunda era completamente distinta. "Probamos la moto nueva con dos especificaciones distintas, pero no pudimos rodar demasiado por la lluvia. Además, lo primordial ahora mismo es preservar mi estado físico. De todas formas, que la nueva moto esté ya al nivel de la vieja es la mejor señal. Estamos probando cosas, pero la sensación es que ya de entrada estamos un pelín mejor", declaró el piloto de Honda al finalizar la jornada.A pesar de las buenas sensaciones del #93 con la Honda 2019, reconoce que aún queda trabajo por hacer, sobre todo en el nuevo motor, aunque se muestra optimista. "Del nuevo motor aún hay elementos que hay que pulir, pero digamos que ya está al nivel del anterior y eso es bueno", afirmó.
En cuanto al resto de pilotos, Marc Márquez confesó que le sorprendió bastante el rendimiento de Franco Morbidelli, que terminó sexto en su estreno con la Yamaha: "Me ha sorprendido Morbidelli, que ha ido rápido nada más subirse a la moto, pero es que Yamaha terminó muy fuerte el año".
Del mismo modo, no le preocupa las dificultades que Jorge Lorenzo haya podido tener durante su estreno con la Honda. "La estadística deja claro que los pilotos que se suben por primera vez a la Honda después de correr con otra marca sufren un poco los primeros días. Mientras que al contrario, al subirse a una Yamaha tras correr con Honda, ocurre el caso opuesto", ha concluido el piloto de Cervera.
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