El piloto de Repsol Honda, Marc Márquez, consiguió matemáticamente el que es su octavo título de campeón del mundo en motociclismo y el sexto en MotoGP, un hito histórico para el deporte español y mundial. Tras el Gran Premio de Tailandia en Buriram, Márquez ha tenido multitud de eventos y homenajes y ya en Madrid, en su visita al Campus de Repsol, concedió una entrevista en la que repasó lo vivido en las últimas 48 horas.
"Llegué ayer por la noche a España y estoy muy contento de poder estar, todavía no en mi propia casa, pero sí en mi casa deportiva, porque hemos compartido muchos años junto a Repsol. Me ha acompañado en toda mi carrera deportiva y lo valoro muchísimo. Ha sido un año casi perfecto, porque siempre se puede mejorar. Un año de ensueño, donde hemos conseguido el título, que era el principal objetivo, pero estamos muy orgullosos de la forma en la que lo hemos conseguido. Y hablo en plural, porque yo estoy aquí, pero falta todo mi equipo, toda la gente de mi alrededor, que me ayudan día a día", hablaba Márquez sobre esa visita al Campus de Repsol.Un título del mundo no se consigue todos los días y el de Cervera habló sobre como fue la celebración del campeonato en Tailandia: "La fiesta fue bien, ¡todavía estoy recuperando la voz! Celebramos el Mundial como se merece, porque es un Campeonato del Mundo y nunca sabes cuando se va a acabar este sueño, así que hay que celebrarlo al máximo. Pasamos la noche en Bangkok y nos lo pasamos bien con todo el equipo. No daré detalles, pero hubo bailes, gritos, fiesta, un poco de todo. Esta vez no hubo karaoke, pero no hizo falta"., afirmó.
Una lesión que no impidió su mejor nivel
Una temporada diferente para Márquez, ya que su lesión no le ha dejado, en ocasiones, poder rendir al 100 %: "Está claro que en la vida de un deportista hay momentos duros y momentos buenos, como este. Las situaciones complicadas son las que te hacen fuerte y este invierno fue uno de los más duros de mi carrera deportiva, porque no podía hacer lo que más me gusta en este mundo, que es ir en moto. No podía entrenar, porque necesitaba operarme, pero lo superé con la ayuda de toda la gente que te empuja a salir hacia adelante y llegué a la primera carrera, quizás no al cien por cien, pero lo mejor que se podía. Siempre crees que todo ese trabajo tiene que tener su recompensa. Una vez empiezas y ves que los resultados llegan, te da todavía más fuerza", dijo.
"Porque cuando tienes un exceso de confianza es cuando llegan los errores. Sucedió en la carrera que menos lo esperábamos, que era la de Austin, donde me caí cuando iba liderando con cuatro segundos de ventaja. Era una victoria aparentemente casi hecha y, por exceso de relajación, me caí. Por eso siempre tienes que estar completamente concentrado, no puedes despistarte, y tienes que aprender de los errores. Ha sido un año muy bueno, pero no quita que hemos trabajado más que nunca", respondía preguntado por ese año 'casi perfecto'.
La última curva en Tailandia, luchando por Quartararo por la victoria, hizo sufrir a todos los fans del piloto español, en concreto a su madre, que a buen seguro aún se recupera del vuelco al corazón: "¡Sí! Ya me había echado bronca el viernes, porque empezamos el fin de semana con un gran susto. Tú te llevas el golpe, pero la gente que está a tu alrededor sufre mucho más. Tanto la madre, el padre; toda la familia sufre. Llevan muchos años detrás de mí, ellos son la base y, cuando el niño de cuatro años pide la moto y el padre o la madre no se la da, es imposible llegar hasta aquí. Pero lógicamente lo sufren desde hace muchos años", confesaba.
Agostini vaticinó que Márquez puede lograr superar los quince títulos, algo que se le hace, a día de hoy, un mundo al español: "Me llevo muy bien con él y he escuchado estas declaraciones. No me gusta la palabra imposible, no la diré nunca, pero es casi imposible. Significa ganar el doble de lo que he conseguido hasta ahora. Cada uno ha vivido su época y no me he obsesionado nunca con un número ni con un nombre, sino de disfrutar de mi pasión, que tengo la gran suerte de que sea mi trabajo, donde trato de hacerlo lo mejor que puedo", aseveraba Marc.
Pensando ya en el curso que viene, Márquez, fue preguntado por sus rivales del curso que viene, con Lorenzo siguiendo como compañero de equipo y con la 'amenaza de Fabio Quartararo: "Cuanto más flojos, ¡mejor! Estamos en una época en MotoGP en la que la igualdad mecánica, aunque los números finales de este campeonato no lo reflejen, es de las más ajustadas. Lo digo porque hay cuatro fábricas capaces de ganar carreras y luchar por un Mundial. Esto significa que hay como mínimo ocho motos con posibilidades de ganar carreras, y es algo que antes no pasaba. Te tienes que saber reinventar, aprender de los veteranos como Valentino [Rossi], Jorge o 'Dovi' y también de los jóvenes, como Fabio o Viñales".
"Ha sido un año muy bueno y será difícil mejorarlo. Pero uno de mis ídolos es Rafa Nadal y cuando le ves en un partido y te preguntas qué puede hacer mejor, él siempre da un nuevo paso adelante. O cuando Messi marca un gol, vuelves a pensar que no se puede hacer mejor y luego va y marca otro todavía mejor. Intento tener mi espejo en ellos; siempre mejoran. Intentaré aprender de los errores. Los rivales te marcan el nivel y es ahí donde intentaremos seguir creciendo", comentaba Márquez sobre su año y lo que puede mejorar de él el que viene.
Para concluir, Márquez habló sobre lo que tiene en mente de cara a las cuatro pruebas restantes: "La primera motivación que tengo en Japón es intentar terminar la carrera, porque después de ser campeón, todos los años me he caído en la siguiente prueba. Ya dije en Aragón que mi intención era intentar acabar en el podio todas las carreras que quedaban y sigue siendo la misma, sin olvidar que hay un campeonato de constructores que tenemos bastante encarrilado y uno por equipos, que ahora está liderando Ducati, pero el equipo Repsol está cerca, a 19 puntos, y lo intentaremos también".
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