9 de julio de 2019. En la semana que separaba la octava y la novena ronda de la temporada del Mundial de SBK, disputadas respectivamente en Donington y Laguna Seca; Marco Melandri anunciaba que a final del año se retiraría del motociclismo tras 21 años compitiendo a nivel mundial.
Un campeonato del mundo de 250cc avala la trayectoria de un Melandri que también fue, en 2005, subcampeón de MotoGP. En total sumó 22 victorias en el mundial, siete de las cuales fueron en la categoría reina. En 2011 cambió el mundial de motociclismo por el de Superbike, donde ha puesto fin a su trayectoria a pesar de un breve y nefasto retorno a MotoGP en 2015.En la categoría de motos derivadas de serie, el de Ravenna también sumó 22 victorias. Melandri corrió para cuatro fabricantes distintos en siete temporadas y ganó carreras con todos ellos. En su debut, en 2011, fue subcampeón en una temporada dominada por Carlos Checa y, al año siguiente, pasó a BMW y acabó la temporada en tercer lugar.
En su año de despedida, el pasado 2019, Melandri volvió a Yamaha, marca que le vio debutar, con el equipo satélite GRT. El italiano tuvo que dejar Ducati tras dos años debido a la llegada de Álvaro Bautista y encontró en la formación privada (pero con apoyo de fábrica) de Yamaha, un lugar donde foguearse.
Con 36 años al comienzo de la temporada, su retirada llegó de manera sorprendente, pues si bien ya no estaba al nivel mostrado en años anteriores y sus opciones de regresar a una moto ganadora eran prácticamente nulas; todavía tenía la posibilidad de prolongar su carrera a un nivel decente. Una vez empezó la acción, se evidenció que ni piloto ni equipo estaban para ganar, y Melandri tomó la sensata decisión de poner punto final a una carrera en la que, si no se va a volver a ganar, la mejor decisión puede ser la de colgar el casco y no arriesgarse a una lesión grave.
Su campaña de despedida arrancó con un podio en Australia, escenario donde ha rendido especialmente bien en los últimos años. Parecía que el italiano podría estar incluso al nivel de los pilotos oficiales, pero la realidad de la temporada acabó siendo muy distinta.
Melandri fue capaz de estar regularmente en los puntos y en el Top 10, y superaba ligeramente los resultados de su compañero, el entonces rookie Sandro Cortese. El italiano se consolidó en la zona media de la tabla sin cometer apenas errores, pero con pocas actuaciones brillantes.
En Jerez, Melandri realizó un gran fin de semana y logró dos podios más al ser tercero en la Race 1 y en la Superpole Race, batiendo ambas al campeón Jonathan Rea. Más allá de estas tres presencias en el último cajón, sus mejores resultados fueron múltiples sextas posiciones. Al final, se despidió de las Superbikes con un noveno puesto en la general, con 177 puntos y batiendo a Cortese sin dificultades.
En cuanto a resultados, esta ha sido una temporada más para Melandri, sin pena ni gloria, cumpliendo, pero sin despuntar. No obstante, esta temporada quedará en la memoria de los aficionados como el adiós de uno de los pilotos más destacados del siglo. Polémico e irregular, pero indudablemente rápido y capaz de subir al podio, a sus 36 años y en un equipo privado, de un campeonato de Superbike que cada vez es más competitivo y cuenta con pilotos de alto nivel.
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