Marc Márquez cabalga con mano de hierro hacia su sexto entorchado en el Mundial de MotoGP y el octavo de su carrera deportiva. Exceptuando la caída sufrida en Austin, no se ha bajado del podio de las ocho carreras restantes. Se ha adjudicado cinco victorias en Termas, Jerez, Le Mans, Montmeló y Sachsenring.
Números envidiablesAdemás, ha logrado tres segundas posiciones en Losail, Mugello y Assen. En dichas pruebas, no dio su brazo a torcer a las primeras de cambio, sobre todo en tierras catarías y trasalpinas, en las que Dovizioso y Petrucci les ganaron por escaso margen de tiempo, demostrando que Ducati se está mostrando como una baza totalmente negada a dejarse arrollar por el 93 de Honda.
Rendimiento insuficiente de sus rivales
Sin embargo, los de Borgo Panigale no son las únicas alternativas que se antojaban como opositores al trono de Marc. El equipo Suzuki ha dado un paso al frente y una prueba de ello es la cuarta plaza de Rins en la general. Además, se ha permitido el lujo de ganar en Austin después de la caída del vigente campeón y le plantó cara al mismo en el Gran Premio de Jerez.
Si los de Hamamatsu han mostrado un paso al frente, todo lo contrario podemos decir del Monster Yamaha. La marca de los diapasones ha decepcionado a propios y extraños. Viñales y Rossi han encadenado malas salidas, caídas y sobre todo, falta de ritmo que les ha relegado fuera de la lucha por el podio.
Eso sí, el equipo oficial de Yamaha afronta el parón veraniego con un buen sabor de boca gracias segunda plaza de Maverick en Alemania y su victoria en Assen. Sin embargo, por primera vez en muchos años, Rossi está siendo superado por su compañero de equipo y sigue sumando carreras sin vencer. Mientras tanto, encontramos a un rookie Quartararo que se está haciendo un hueco entre los mejores y se perfila como el sustituto de Valentino.
Montmeló, la gota que colmó el vaso
Otro piloto que se perfilaba como dolor de cabeza para Márquez era su compañero de equipo, Jorge Lorenzo. Tras varios años en los que Pedrosa no sacó su mejor nivel, la dirección del Honda HRC apostó por un Jorge Lorenzo que no tuvo el éxito deseado en Ducati.
Nada más lejos de la realidad, las lesiones han retrasado en mayor medida la adaptación del piloto mallorquín a la montura. Para colmo de los males, cuando había adquirido ritmo competitivo, sufrió una caída en los primeros compases del GP de Cataluña que arruinó la carrera de Dovizioso, Rossi y Viñales. De este modo, el propio Marc adquiría un colchón de puntos determinante para sus aspiraciones.
Temporada casi perfecta del 93
Aunque la diosa Fortuna se haya alineado con el catalán en su tierra, está cosechando unos números de campeón y sobre todo, ha cambiado la mentalidad a la hora de afrontar las carreras. Durante sus primeros años en la categoría, acostumbraba a estudiar a sus rivales y jugarse las victorias en las vueltas finales. No obstante, este año ha optado por sacar el martillo e ir a tope desde la primera vuelta, estrategia que le ha otorgado victorias como las logradas en Argentina, Francia o Alemania. Observando sus actuaciones, queda retratado que el piloto ha consolidado su capacidad de dar gas a fondo sin la necesidad de irse al suelo.
Segunda parte, a por el título matemático
Hasta que las matemáticas no den su veredicto, no hay nada decidido aún. No obstante, los 58 puntos que le saca Márquez a Dovizioso relucen lo caro que está darle caza al vigente campeón en la presente campaña.
Se trata de una distancia de dos carreras a pesar de que tanto el español como el italiano solamente han sumado un cero, lo que demuestra la velocidad del piloto del Repsol Honda. De este modo, goza de la posibilidad de sufrir dos pinchazos a lo largo de la segunda parte del año, momentos en los que el propio Marc siempre se ha mostrado más conservador durante los años anteriores.
¿Qué significaría el supuesto título de 2019?
Si el pupilo de Alzamora mantiene la misma dinámica, obtendría su sexto entorchado de MotoGP y el octavo de su carrera deportiva en el Mundial a sus 26 primaveras. Dicho título supondría el décimo para un español en la categoría reina y el 16º para Honda con el patrocinio de Repsol, justamente cuando la empresa española y la marca nipona cumple sus bodas de plata en el Mundial.
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