Maverick Viñales saldrá desde la segunda posición de parrilla, por detrás de Marc Márquez, del cual se ha quedado a tan solo una décima en un fin de semana en el que ha ido creciéndose a medida que pasaban las sesiones de entrenamientos.
El de Roses tenía claro que tenía que quedar entre los de delante, aunque no se esperaba entrar en primera fila. "El objetivo era empezar entre la segunda y la tercera fila y nos colocamos los segundos", confesaba. "Hay que mejorar mucho en electrónica, pero me siento muy bien, y esa sensación es mágica". Mucho dista este Maverick Viñales del Viñales de hace un año, al que nada le salía como él quería. Aunque sabe que están todavía mejorando en los problemas que tiene la Yamaha, la evolución ha sido evidente.
En esas evoluciones está trabajando Yamaha, que también se han dado entre el Gran Premio de Qatar de hace tres semanas y este Gran Premio de Argentina. "Hemos cambiado un poco la dinámica de la moto: en Qatar era más estable, con más paso por curva, y aquí hemos intentado que sea más de arrancar y frenar", comentaba el español. También han introducido cambios en lo que a arrancada se refiere, ya que Viñales perdió bastantes posiciones al inicio de la carrera de Qatar. "Sobre las salidas, estábamos equivocados en la forma cómo abríamos el acelerador, así que nos fijamos en cómo lo hacían los otros pilotos de Yamaha y mejoramos", explicaba.
Sin embargo, sigue habiendo partes en las que se tiene que trabajar a fondo, como en la electrónica, algo que lleva por el camino de la amargura a todos los integrantes de Yamaha desde que se implantó la centralita de Magneti Marelli. "No hemos mejorado algunas áreas y en la electrónica vamos mal, hay que seguir trabajando". Aun así, no tira la toalla, ya que poco a poco se van a acercando a los más fuertes de la categoría. "Con respecto de ayer nos hemos acercado a Márquez, pero hay que trabajar más y hacer una puesta a punto perfecta. Espero estar peleando con los de delante", confesaba el de Yamaha.
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