"He vuelto a ser piloto por primera vez en ocho meses. Ha sido genial porque es un deporte que me encanta, y después de lo que parece un largo tiempo, fue una gran oportunidad de montar una MotoGP. En las primeras vueltas sentí que había pasado mucho tiempo en esos 8 años, porque la MotoGP es una máquina que siempre tiene una reacción inmediata y una progresión que en las Superbikes no existe" comentaba como primera sensación tras terminar esta prueba Max Biaggi.
Como principal enemigo además de su tiempo fuera de las pistas y la adaptación a una montura que ha cambiado radicalmente respecto a las monturas de MotoGP de hace ocho años, como son los frenos de carbono, los neumáticos y las últimas innovaciones electrónicas. Aun así, el trabajo realizado por Max Biaggi con la lluvia presente en ciertos momentos ha sido muy bueno, creando una buena relación con el grupo de test: "También fue agradable porque establecí una gran feeling con el grupo de personas que se me asignaron a mí para esta prueba, al igual que cuando empecé en Aprilia en 2009. Ha habido un sentimiento positivo entre todos nosotros, a pesar de que era sólo una prueba."
Agradecido
"Me gustaría dar las gracias primero a Ducati, y también a Pramac por esta oportunidad. Fue un poco desafortunado que lloviera los dos días, pero es mejor que nada. Nosotros no hicimos ningún daño y tuvimos un poco de diversión" comenta un Max Biaggi que con esta prueba ha alimentado todo tipo de rumores, desde su regreso al Mundial de Superbikes como wild card en una prueba hasta la aparición en MotoGP, algo que de momento suena un poco descabellado.
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