Desde hace unos años estamos viendo a ambos lados del Atlántico que los equipos de fábrica de motocross intentan cazar a prepúberes, pensando que quien domina con una moto de 65cc y dos tiempos acabará siendo una leyenda una vez se suba a una máquina de 450cc y cuatro tiempos. La locura llega hasta tal punto que ciertos niños acaban cambiando de equipo oficial durante sus primeros años pues los equipos compiten por ellos, ofertando contratos cada vez mejores. Por suerte, esta situación tan nociva, exigente y antinatural para un adolescente o hasta preadolescente no es siempre así.
A principios de 2015 Cameron McAdoo no era nadie salvo para su familia y su entorno más cercano. No era más que un piloto amateur de tantos, un joven con ganas, con una familia que le apoyaba tanto en lo económico como en lo psicológico, con patrocinadores ayudando también pero sin poder acceder al mejor material o sin evitar las facturas. Ese mismo año se enfrentó en los AMA Amateur National Motocross Championships a nombres como Mitch Harrison, Darian Sanayei, Lorenzo Locurcio, Benny Bloss y Axell Hodges. Quizá intentando más de lo que podía para siquiera clasificarse acabó haciéndose daño y apenas corrió en la finca más famosa del motocross amateur.
Durante el Otoño-Invierno de 2015 McAdoo siguió buscando su sueño a base de entrenar y competiciones menores para intentar llamar la atención y pagar las facturas. Un día entrenando algo de supercross en Club MX (Chesterfield, Carolina del Sur) el joven de Iowa llamó la atención de quizá la mayor estrella amateur que ha habido nunca: Mike Alessi (diez títulos amateurs y su propia campaña de publicidad bajo el lema Believe the Hype). Su velocidad y constancia impresionó tanto al pequeño de los Alessi que se pusieron a hablar y Mike le dijo a Cameron que hablaría con su padre para intentar ayudarle en cierta medida en el que debería ser su último año como amateur.
Hoy día los cuatro grandes eventos de motocross amateur en USA son el Ricky Carmichael Amateur Supercross que se disputa el día después del Daytona Supercross, los JS7 Spring Championships que se disputan bien poco después en el circuito de Freestone (Wortham, Texas) y los AMA Amateur National Motocross Championships (Hurricane Mills, Tennessee) además de las categorías Amateur All-Stars y Supermini en la Monster Energy Cup en el Sam Boyd Stadium de Las Vegas. En la primera gran cita de 2016 Cameron McAdoo, con ayuda para conseguir más patrocinadores y mejores piezas, consiguió ser segundo en las tres carrreras que disputó, consiguiendo mejor media que el protegido de Kawasaki-Pro Circuit Austin Forkner aunque él ganó dos de tres. Semanas después McAdoo volvió a enfrentarse a Forkner y algunos otros de los jóvenes más prometedores de todo USA y obtuvo dos segundas plazas en las dos categorías en las que compitió. Por desgracia, el chico de Iowa llegó dolido de nuevo a la finca de Loretta Lynn y apenas pudo completar ninguna de las mangas. Eso sí, para acabar el año fue invitado al Amateur All-Stars de la Monster Energy Cup y ante más cámaras que nunca se puso en el mapa para el público general ganando un evento donde faltaron Austin Forkner, Chase Sexton y Bradley Taft.
Pese a su trayectoria como piloto semi-oficial en 2016 ningún gran equipo le quiso fichar para 2017. Tony Alessi respondió ante semejante injusticia y habló con los patrocinadores de su equipo, el MotoConcepts Racing, y contra todo pronóstico le puso una Honda CRF250R para correr AMA Supercross en su división de Lites East, la que le queda más cerca de casa. Con unos resultados de 15-13-9 en las tres rondas que ha disputado y con Honda-GEICO demolido por las lesiones de sus jóvenes promesas, algunas parte del equipo desde su tierna adolescencia, el equipo dirigido por Mike LaRocco y Kevin Windham le han acabado dando moto para las cuatro rondas de AMA Supercross, el AMA Motocross de 2017 y la temporada completa del año que viene.
El caso de Cameron McAdoo no es único, ni siquiera es tan raro. El motocross cambia muchísimo conforme los pilotos crecen. En motos de 50cc apenas hay momentos aéreos, se gana tiempo por paso por curva y por valentía en los baches. En 85cc y 125cc hay que usar el embrague como loco, también hay que tirar mucho de frenos pues el motor dos tiempos apenas retiene. Luego llegas a las motos de 250cc y cuatro tiempos, motos capaces de completar cualquier salto, máquinas donde la técnica del scrub empieza a ser importante, una categoría donde la diferencia entre amateur (o Europeo) y profesional son los rivales y la preparación de las motos y a veces ni eso en la parte mecánica. Es más que plausible ser especialista en las motos pequeñas pero el dinero empieza en el cuatro tiempos.
Padres, patrocinadores y equipos deben comprender que un niño debe ser niño, que debe tener una vida regular. Todos hemos visto casos de pilotos que han sido muy buenos en categorías inferiores y han prosperado (Jeff Ward, Kevin Windham, Ricky Carmichael, Travis Pastrana, James Stewart, Ryan Villopoto...) pero también hay casos como Jeremy McGrath, que no compitió sobre una moto hasta los catorce, o Ryan Dungey, que nunca sacó todo su potencial sobre las motos de dos tiempos. Por incongruente que parezca los circuitos de BMX permiten entrenar técnicas que luego se pueden usar en motocross y supercross antes que el niño lo necesite en motocross como son el bombeo, el correcto uso de los peraltes, el saltar o hasta el scrub.
Es importante que el niño coja experiencia en moto pero también es importante mantenerlo en un entorno lo menos extravagante posible. Cada año compiten más de sesenta pilotos amateurs distintos en las cuatro categorías que suelen ser la antesala a las categorías máximas, no más de una docena suele tener una carrera deportiva cuantificable en la élite, muchos de ellos necesitarán tener trabajos extra para siquiera competir al máximo nivel, algunos sufrirán lesiones que les dejarán sin competir y se verán obligados a buscar algún trabajo dentro del motocross sin tener estudios porque eso es todo lo que realmente conocen. Por cada Josh Cartwright (piloto que combina sus estudios universitarios con ocasionales apariciones en AMA Supercross) hay muchos corredores que acaban teniendo que esforzarse mucho más para tener un futuro decente como adulto más allá de los 35 años y eso viene desde su infancia, por decisiones donde un sueño generalmente inalcanzable se ha impuesto a tener una buena base de futuro.
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